Por un lado tenemos a Ben (Josh Cooke) y su novia Maddie (Jennifer Finnigan), que llevan nueve años juntos. Los padres de Maddie, Joel (Kurt Fuller) y Vicky (Debra Jo Rupp) llevan juntos 35 años. La otra hija de Joel y Vicky, así como hermana de Maddie, se llama Mia (Joanna Garcia) y va a presentar a su nuevo novio Casey (Jake Lacy) a su hermana.
A Maddie y a Ben les encanta Casey, para Mia es muy importante la aprobación de su familia, tanto la de su hermana como la de sus padres, por eso les va a presentar a su nuevo novio. Sin embargo, todo comienza a adelantarse: Caey acude a Maddie para preguntarle cómo pedirle matrimonio a Mia. Para la hermana mayor todo esto es un bombazo, pues la joven pareja solo lleva tres semanas de relación, y además Maddie nunca se casó con Ben, son novios desde hace nueve años y no tienen intención de casarse. Maddie supone que Mia le rechazará, pero anda muy equivocada.
En efecto, a Mia le entusiasma la idea y Maddie, confusa, espera que sus padres la hagan entrar en razón. Casey queda con Ben para que éste le de una charla sobre cómo impresionar a Joel y Vicky, pero parece imposible que suceda eso, ya que el chaval es un zoquete, por lo que le da una tarjeta con información útil sobre sus suegros.
Esa noche quedan con los padres. En efecto, no les cae bien Casey pero el matrimonio entre ellos les parece estupendo, sobretodo porque nunca se había casado ninguna de las hijas. Maddie explota y pretende señalar lo estúpida que es la situación, y a Ben se le escapa que se casan tan pronto porque Mia está embarazada.
A los padre esto también les encanta y Maddie sigue estupefacta. Al ver la reacción de su hermana, Mia decide marcharse. Coge un taxi y Ben mete a su novia a la fuerza en el mismo para que las hermanas pudieran hablar. Las cosas se acaban solucionando entre las hermanas y todo vuelve a la normalidad.
Todo... menos la tarjeta lila que se quedó en la mesa del restaurante... con los padres de Mia y Maddie.
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