No en vano, Draper (Jon Hamn) hace la mejor interpretación en toda su trayectoria en la serie. Te hace sufrir, te hace estremecerte, porque ves como su mundo, TU mundo si eres fan de esta magnífica serie, está a punto de desaparecer.
Pero vamos al lío: Joan aparece en el despacho de Roger con una mala noticia: tiene un retraso. Está embarazada. Roger la felicita pero resulta que el niño es suyo: Greg, el marido de Joan, lleva fuera siete meses. Él dice ocuparse de todo y de buscar un buen doctor para deshacerse de la criatura, ni ella ni él se lo pueden quedar, ambos están casados, aunque cada vez están más seguros de que deberían estar juntos. Posteriormente van juntos al médico, que a pesar de despotricar contra Roger (Joan como si no estuviese) les da la dirección de un practicador de abortos. Joan no quiere que Roger vaya con él, se enfrenta sola a la situación. Cuando vuelve a la oficina al día siguiente le dice a Roger que todo está solucionado... ¿pero es así?
Por otro lado tenemos la historia de Lane Pryce. Inesperadamente recibe la visita de su padre, un hombre serio y estricto que ha ido a New York para llevarse a su hijo de vuelta a Londres, donde vive su familia. Le da unos días de plazo y esa misma noche Lane invita a su padre a cenar. Habla con Don para que le acompañe, porque Don le suele caer bien a todo el mundo y así tendrán de qué hablar. Les lleva a un local/restaurante donde las camareras van disfrazadas de conejitas, y Lane paga a una camarera para que venga una chica negra a atenderles, a la que trata con demasiada cercanía. Se viven unos momentos de tensión pero al final el padre se relaja.
Sin embargo, resulta que esa chica, Toni, no es otra que la amante de Lane, y la principal razón por la que sigue este en New York, ambos se quieren y no piensan separarse. A la noche siguiente Lane llama a su padre a su casa, donde también está Toni y la presenta formalmente a su padre. Él se comporta cortésmente pero le dice que se vaya. Cuando la chica se va le arrea un garrotazo a su hijo en la cabeza, y cuando está en el suelo sufriendo de dolor le pisa una mano, y le hace prometer que pondrá su hogar en orden, en un sitio o en el otro, pero que no puede estar con su amante y a la vez seguir casado.
Y finalmente tenemos la parte de Don, que sencillamente es lo mejor que he visto en años: Dos agentes del Departamento de Defensa van a casa de Betty (Francis, ex-Draper) para hacerle preguntas sobre Don (si es comunista, si es quien dice ser...). Betty soporta el tirón aunque no tiene por qué, sabe la verdad sobre su ex-marido (Dick Whitman, desertor del ejército) pero le protege de todas formas. En cuanto se van, Betty llama a Don para contarle lo sucedido. Él le da las gracias pero se empieza a poner nervioso ya que hay mucho en juego: su vida. Le pregunta a Megan (su nueva secretaria) si él firmó algo para Defensa, y resulta que sí: el próximo contrato con la Aviación Americana implicaba rellenar ciertos formularios de seguridad, que Megan rellenó y Don firmó como cualquier otro documento.
Don inmediatamente acude a Pete Campbell, ya que es el que lleva la cuenta, y el único de la empresa que sabe la verdad sobre Don. Además, el chico tiene contactos en Defensa, así que Draper le pide que investigue si le están buscando. Pete acepta. Al día siguiente, Don encuentra a Pete en el ascensor y le pregunta cómo va el asunto. Como no ve seguro que haya una solución le dice que hay que acabar con la cuenta. Pete ha invertido en ella tres años y cuesta 4 millones de dólares. A su vez, Don hace un depósito para sus hijos por si le ocurriera algo.
Esa misma tarde, Faye aparece en el despacho y ve que Don está pálido y con fiebre. Se ofrece a llevarle a casa. Justo en la puerta aparecen dos hombres trajeados y a Don le comienza a dar un ataque de nervios, afortunadamente no iban a por él sino a por unos vecinos. Sin embargo el estado de nervios de Don es demasiado fuerte, y a Faye le cuesta controlarle. Esa misma noche Don le confiesa la verdad a Faye, y ella lo acepta y le aconseja buscarse un abogado, pero Don rechaza la idea.
A la mañana siguiente Pete va a casa de Don a contarle las noticias, y se encuentra a Faye dentro. Resulta que Defensa no le tenía marcado, y si terminaban con la cuenta dejarían de investigar. Pete está harto de Don por eso, como le comentó a su mujer la noche anterior (sin mencionar el nombre de Draper, claro), perderá una gran cuenta solo por encubrir a otro socio.
Al día siguiente hay una reunión de socios: Pete miente al resto diciendo que perdió la cuenta por un malentendido, a lo que Roger se enfurece y le dice de todo. Sin embargo, Roger debería estarse calladito porque él perdió la cuenta de Lucky Strike (principal fuente de ingresos de la agencia), que se va a cambiar a BBDO. Sin embargo, como le dieron 30 días de plazo se calla y no dice nada. Por otro lado, Lane dice que se marcha a Londres para pasar un tiempo con su familia.
El episodio termina con Megan llevándole a Don las entradas para The Beatles que le dio Harry para que llevara a Sally. Don se queda mirando fijamente a Megan, y a las entradas...¿qué tramara?
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