En este capítulo, Haley sigue escribiéndole a Lucas en un cuaderno, lo que nos da esperanzas de que en esta última temporada vuelvan Lucas y Peyton aunque sea al final, sobre cómo van las cosas tras el "accidente" de Quinn y Clay.
Esta vez, el capítulo no ha tenido historias de relleno, tipo Mia/Chase/Alex, que sobran muchísimo, incluso Mouth sólo ha tenido un par de escenas fuera de lugar. Se han centrado en las dos cosas importantes: Quinn y Clay en el hospital y el asunto de Brooke con la policía, cárcel y demás.
Con respecto al tema del hospital... después de una semana despierta, Quinn va mejorando, mientras Clay sigue en coma y sin dar señales de ponerse mejor. Para seguir dándole juego a ese Clay que veíamos en "el limbo" o lo que sea, de repente aparece un negro (un tal Will Bennett), que también está en ese lugar entre la vida y la muerte, y es con quien va a ir hablando Clay durante todo el capítulo mientras, como en los anteriores, ve lo que pasa en el mundo real con los demás sin poder hacer nada.
De repente empeora, y necesita un trasplante de riñón, pero no tienen mucho tiempo para andar buscando órganos, así que Nathan ofrece el suyo, pese a que si se lo quitan no podrá seguir jugando al baloncesto. Para seguir con el drama, después de convencer incluso a Haley y soltarnos la bomba de que su espalda está empeorando y en poco tiempo tendría que dejarlo igualmente, no es un donante compatible y volvemos a donde estábamos.
Después de drama, drama y más drama, mezclado con tres ó cuatro escenas realmente conmovedoras, Clay despierta mientras Quinn le está leyendo el periódico, y una voz en off nos dice que Will Bennett murió esa noche y donó sus órganos para salvar otras vidas... vidas como la de Clay.
La otra historia, de mucho menos peso, pero aún así importante en el desarrollo de la serie es la de Brooke y sus asuntos legales con la compañía. Casi al comienzo del capítulo, Victoria la dice que no se preocupe, que el asunto está arreglado y que no tendrá que ir a prisión ni va a perder la compañía, aunque después de todo lo que ha pasado, y como es normal, Brooke no sabe si creerla. Más adelante vemos cómo Victoria y Millie están en la tienda haciendo papeleo y Victoria no le coge el teléfono a su hija, ya que están volviendo a hacer algo a sus espaldas (lo que les llevó a la situación actual). La diferencia es que esta vez, lo que están planeando es cómo arreglarlo todo, haciendo que sea Victoria la que vaya a la cárcel, ya que es la responsable (le ah salido la vena de madre protectora... yo los cambios de esta mujer no los entiendo). Obviamente, Brooke acaba enterandose, pero aún así, vemos la escena en la que Victoria entra, muy digna ella con sus tacones, en prisión.
OPINIÓN: Esta serie cada vez es más un drama total... Pero los puntos filioóficos y morales siguen siendo geniales. A destacar el podcast que va narrando Mouth a lo largo del capítulo sobre películas de deportes que se va ajustando con la historia. Muy, muy bueno. Y las escenas Nathan/Haley recordando cosas de temporadas anteriores muy buenas también, así como la interpretación de James Lafferty mirando los caballos, cuando se echa a llorar. Lo peor: el doble que le han puesto a Clay en las últimas escenas, que está Quinn encima llorando, él "fantasma" detrás, y como no hay cambio de cámara, el que está en la cama es un doble que canta muchísimo que no es él...
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