El capítulo comienza en el piso que comparten Leonard y Sheldon. Howard ha "robado" un brazo robótico de su trabajo y lo están utilizando para sacar la comida china de su bolsa. A los cuatro científicos no les importa esperar, aunque estén hambrientos, a recibir toda la comida, ya que un artilugio así es para ellos el colmo de la diversión.
En esto aparece Penny, la caliente vecina de al lado. Ella sí que está hambrienta y lo de esperar a que el robot cumpla con sus funciones no le emociona tanto como a los chicos. Cuando están comiendo Sheldon recibe un mensaje de Amy (la mítica Mayim Bialik de Blossom), y Penny se entera de que Sheldon... tiene novia! El científico insiste en que no es su novia, que sólo hablan de temas científicos y de procrear. Sí, habéis oído bien: procrear. Shamy quiere tener un retoño.
Todos se quedan alucinados y Penny le dice a Sheldon que no puede tener hijos con una mujer a la que apenas conoce, ya que no han tenido nunca una cita desde que se conocieron.
A partir de aquí la historia se bifurca en dos:
Howard se lleva el brazo a su casa y lo programa para que le de un masaje. Cuando se da cuenta de que parece que se lo esté dando una mano real, se le ocurre la mejor idea para un chaval desesperado: desfogar sus necesidades sexuales con él. Como es lógico, las cosas no se quedan así: surge un problemilla entre la mano del robot (programado en modo destornillador) y su pene y al científico no se le ocurre un modo de solucionarlo. Llama a Leonard y a Raj y al no ocurrírseles nada para solucionarlo van juntos al hospital. Allí la recepcionista (la madre de El Príncipe de Bel Air) les deja en evidencia al solucionarlo en un momento: apagando el ordenador al que estaba conectado el robot. Vuelven a casa y al rato Howard llama a Leonard: ha vuelto a pasar.
Por otro lado, Sheldon acude a Penny (después del clásico "tres golpes en la puerta, Penny") para decirle que ha meditado y que piensa quedar con Amy. Penny se alegra mucho hasta que Sheldon le dice que le tiene que llevar. Ya en el coche, Penny descubre que es la primera cita de Sheldon (las reuniones cristianas de Texas parece que no lo son). Cuando Amy sube al coche Penny no hace otra cosa que intentar romper el hielo, pero le sale el tiro por la culata, desembocando el tema en la movida vida sexual de la joven, todo esto bajo cálculos aproximados de Sheldon. Obviamente, esto amarga un poco la cena a la chica. Cuando llegan a casa Sheldon está muy contento por la grandiosa idea de la cita y sigue pensando en la fecundación in vitro (el sexo ni lo contempla), así que Penny le amenaza con contárselo a su madre. Como es lógico, esto da al traste con sus planes.
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