Los que leéis este blog sabéis que el autor es un gran defensor de la televisión americana, ajena, foránea. Así es. Me arrodillo ante al poderío yankee, ante su capacidad creadora, hago la reverencia a las creaciones ambiciosas. Pero el que escribe estas líneas también es periodista y crítico con la realidad, incluidas aquellas cosas que defiende con pasión, como en este caso a la televisión madre.
En otro artículo hice un alegato sobre cuáles eran los motivos de mi filiación norteamericana audiovisual, pero también encuentro errores, desaciertos y aspectos mejorables. Centro este artículo en la televisión generalista americana (CBS, FOX, ABC, NBC Y The CW), ya que las cadenas de cable tienen una estructura y parrilla radicalmente distintas y con la que me identifico por completo en términos de programación.
Cambio de día
Si en España las series cambian su emisión a la primera de cambio, en EE.UU. no suelen dar segundas oportunidades en cuanto a cambios de día o franja horaria. La parrilla se diseña de una determinada forma antes de comenzar las emisiones y sobre el mes de julio ya sabemos qué series y programas se emiten a lo largo de la semana y en qué hora. Obviamente, es una parrilla provisional ya que son muchas las cancelaciones que pueden producirse.
Hace poco hemos visto un estreno paradójico en la ABC con 'My Generation', cancelada tras su segundo episodio. No es que la serie fuese la mejor de todas, pero desde luego merecía más que los 3,8 millones de espectadores que registró en su último capítulo. Este error de programación, a mi juicio, se pudo evitar. La serie estaba sentenciada antes de comenzar con las infalibles 'The Big Bang Theory' y 'Bones' que tienen asegurada su audiencia y, por otro lado, las comedias de la NBC que, aunque minoritarias, no iban a dejar paso a este nuevo dramedia característico del canal Disney.
Si se hubiese reservado 'My Generation' para la noche de lunes, tras el reality 'Dancing with the stars' seguiría en emisión en estos momentos. Ya lo hicieron con la impresentable 'Romantically Challenged', un producto deficiente donde los haya, así que no veo por qué no han querido hacer algo parecido y reservar 'Castle', serie consolidada, para más adelante. Es solo un ejemplo de los muchos que podría citar.
La rigidez en la parrilla surte efectos muy buenos para los ingresos publicitarios -en especial para los programas vencedores- pero no tanto para los espectadores, que se quedan sin alternativa y sin oportunidad de disfrutar de su serie en otro horario.
Parones
Todos sufrimos los parones interminables de todas y cada una de nuestras series favoritas. Las temporadas en la generalistas (a excepción de la midseason) suelen componerse de 22 ó 24 capítulos. El primer bloque, de septiembre a diciembre, se emite seguido, sin interrupciones, salvo algún festivo puntual como Acción de Gracias. A partir de ahí todo es un baile de fechas hasta finales de abril, cuando las series vuelven sin interrupciones hasta las Seasons Finales de mayo.
Como lógica consecuencia muchas series de desgastan en el camino, perdiendo espectadores que desde que ven un capítulo hasta que emiten el siguiente pueden pasar semanas o, en algunos casos, hasta un mes.
La primera temporada de 'Glee' sirve como ejemplo de acierto para vencer la desafección del espectador. La primera jugada maestra fue estrenar el piloto en la temporada 2008-2009, justo después de 'American Idol'. Hubo que esperar hasta septiembre de 2009 para continuar la primera temporada, que finalizó su episodio 13 en diciembre de ese mismo año. Los 11 restantes se emitieron, sin parones, entre abril y junio de 2010. Una programación limpia, respetuosa para el espectador y con estrategia comercial. La jugada perfecta.
Desde luego prefiero éste sistema al de otras series que sigo. Es mejor un parón larguísimo, de varios meses, y que divide la serie en dos bloques de emisión, que muchos parones cortos y continuos.
Repetición de géneros
Dramedias, procedimentales y comedias de situación. Son los tres grandes géneros de la televisión generalista americana. Entiendo que lancen productos para audiencias mayoritarias, pero a veces repetir un género una y otra vez no da los resultados esperados. En la lista de fracasos todos los géneros de ficción pierden víctimas que pasan al purgatorio catódico.
Es obvio que no pueden arriesgar tanto como el cable, ni de contenido ni de forma, pero las series originales como 'Glee', 'Lost', o 'Mujeres Desesperadas' marcaron en su momento un elemento distintivo, que les diferenciaba del resto por lo original de la trama y lo exquisito de la producción artística y técnica.
En este sentido, 'The Good Wife' ha demostrado que la CBS no vive solo de procidementales al uso y que a todo se le puede dar una vuelta de tuerca. La audiencia, que siempre es inteligente, lo ha sabido reconocer y la serie protagonizada por Julianna Margulies ha sido todo un éxito.
Cada uno echará en falta más de un género concreto que de otro, pero todos estaremos de acuerdo en que a las generalistas les falta valentía dentro de los límites que tienen marcados. Sus programadores son conservadores, que puede ser una posición muy adecuada para el medio televisivo pero que no siempre obtiene buenos resultados.
Puritanismo
No puedo entender por qué no se fuma en las series generalistas (en 'Raising Hope' la madre lo deja en el segundo capítulo, aunque se lo dejan pasar a la abuela, enferma de alzheimer) pero en cambio sí que se permite que las botellas de alcohol presidan muchas de las escenas. ¿Acaso es peor el tabaco que el alcohol? Los americanos son puritanos pero siempre con doble o hasta triple moral. La técnica de los pechos tapados por la sábana y las macetas estratégicamente colocadas para los genitales masculinos me cabrea enormemente.
Y de complemento está el mojigateo en el lenguaje. Si os fijáis en las cadenas en abierto utilizan en abundancia la palabra "hell", "freak", "crap" y otros sucedáneos por no decir un simple "fuck". Es absurdo, ya que es una expresión que está en la calle y que no tiene ninguna connotación que insulte o denigre a nadie. Las series españolas en esto siempre han sido mucho más valientes. Y no hablemos de que raras veces las mujeres deciden abortar (véase los innumerables casos en 'Private Practice') y otros dilemas morales con tufo religioso.
Sigo siendo un fiel soldado del reino de la ficción norteamericana, pero siempre hay margen para los ajustes, los cambios y la adaptación de la parrilla al servicio de la cadena. Que tenga una mejor parrilla que la nuestra y mejor organizada no quiere decir que sea perfecta. Un programador estadounidense pensará que hablo sin conocimiento pero ellos, a veces, se olvidan que trabajan, en última instancia, para los espectadores que son quienes deciden si una serie o un programa dura una semana o diez temporadas en antena.
A pesar de estos defectos mantengo la misma opinión: tenemos mucho que aprender. Aunque ellos también.
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