Esta vez, cada uno lleva un caso: Nick (Belushi) tratará de sacar de la cárcel a una mujer inocente, Laura Reid, acusada de atropellar a una chica que hacía footing con el cargo de haberse violado el due care (no tengo ni idea de Derecho, pero es algo así como no causar daños a otra persona siempre que se pueda evitar), y que acaba entre rejas por una mala defensa.
Nick, presente en el juicio de Reid, no pudo hacer otra cosa más que sorprenderse ante la decisión de la juez de encarcelar a la mujer, ignorando un acuerdo previo que se había hecho con otro juez. La hija de Reid, de nueve años, tendría que ser acogida por los servicios sociales. Lleva a la niña a casa de su ex-mujer mientras tanto.
Es interesante ver como Nick, el perro viejo, asume el control de un caso en principio ajeno a él, sin importar que Laura Reid pudiera pagarle o no. Y no lo hace porque sea un santo renacido, sino porque le parece lo justo sacar a esa mujer inocente de la cárcel y devolverla con su hija. Muestra una parte humana muy poco común en los personajes de abogados que hemos visto antes.
Cuando Nick creía que ya todo estaría solucionado, después de conseguir que el anterior abogado de Reid admitiera su negligencia, la Fiscalía le informa de que supuestamente su nueva cliente estaba hablando por teléfono cuando atropelló y mató a la chica. Esto implica que, de reabrirse el caso, Reid tendría que luchar contra una acusación de delito de conducción grave. El agente fiscal Cole (Teddy Sears) no se lo pondrá nada fácil: Reid llamó por teléfono y a los 90 segundos llamó a la ambulancia, ¿es posible que sea inocente?
Nick presenta una prueba que parecía definitiva: una aplicación del iPhone de la víctima que demuestra que Reid no estaba al teléfono en el momento del accidente. El juez desestima el cargo de homicidio pero vuelve al cargo original. Cuando Nick lo da todo por perdido, el juez condena a Reid a una semana en prisión.
Pete, en cambio, defenderá a un hombre, Walter, que ha robado 10.000 dólares de su trabajo en una joyería y que los usó para apostar en las carreras de caballos. No puede perder su casa ni pagar nada más porque está en apuros financieros. Con algunos trucos legales (y no tan legales, como seducir a la agente fiscal Kramer) y con la ayuda de Lisa acaba solucionando el problema.
The Defenders me está sorprendiendo gratamente. El desarrollo del caso Reid es buenísimo: el nuevo cargo de delito grave añadido da un toque de suspense a la trama, que se habría solucionado de una forma fácil y aburrida sin él. Espero que le den más juego a los personajes de Lisa y Zoe, sobre todo la segunda que es genial.
COMENTARIOS