Hace mucho tiempo que no comentamos nada de una de las aparentes cargas de la ABC, el remake de V que corre peligro de abandonar el ruedo por la puerta trasera y pasar sin pena ni gloria por la parrilla estadounidense. A pesar de que muchos insisten en declarar su prueba semanal como una emisión con una audiencia de datos positivos, lo cierto es que a cada semana que pasa el público responde de una manera menos interesada. Y no es para menos, a pesar de habernos ofrecido unos dos capítulos muy entretenidos, la cantidad de tramas comenzadas, inconexas y peligrosamente inconcluibles amenazan con derrumbarse al mismo tiempo que la segunda temporada de la serie. Es decir, en tres capítulos con la season (o series) finale.
En Birth Pangs, Erica, tras la muerte de su ex-marido, decide luchar y tomar el liderazgo de la Quinta Columna. Junto con Hobbes y Fierro se desplaza a Bangkok para reunirse con una importante célula del movimiento, la cual no confiará en ella hasta que demuestre que puede liderarles. Sin miedo a nada, Erica decide matar dos pájaros de un tiro y descubrir cuáles son los planes de Anna con (el calvo) Tyler, que ahora vive en la nave de la lagarta. Los americanos localizan a la doctora que trató a Erica cuando estuvo embarazada y descubren que la agente del FBI no fue la única paciente a la que trató.
La doctora es, por supuesto, una visitante y Erica no puede esperar a despellejarla, pero la chica les enseña su caja fuerte y antes de que puedan decir o hacer nada, se tira por la ventana y se convierte en polvo. Al no poder hacer nada, Hobbes y Erica comienzan a trabajar en la caja fuerte y, sorpresa, se miran con la previsible mirada del flechazo televisivo. Con la ayuda de Lisa desde la nave V y de Sid desde la base neoyorquina, descubren unas píldoras repletas de pequeños insectos metálicos (que Erica también tomó en su embarazo) que demuestran que Anna ha estado cosechando ADN humano durante muchos años con el objetivo de acelerar la propia evolución de los V y crear una superespecie. Afortunadamente para Erica, Tyler no es indispensable para los lagartos, pues no fue el único de los niños en los que se hicieron experimentos, sino que hay 28 más: uno por ciudad.
De hecho, posiblemente Tyler no les sirva de nada a los lagartos, pues en unas supuestas pruebas antes de convertirse en piloto, reflejó unos niveles muy pequeños de fósforo para las necesidades de Anna. Por esa razón, la reina obliga a Lisa a camelarse a un chico de Barcelona que habla un perfectísimo inglés de Oxford para llevarle a su terreno, pero la chica no puede porque está enamorada de Tyler. Anna se enfrenta a su niña y recibe una bofetada en respuesta: la supervivencia de Lisa en la nave V corre peligro y aunque le de un comunicador a su cautiva abuela parece que nadie de su propia familia es de fiar. Ni su Tyler parece ser el mismo, porque después de la muerte de su padre no quiere sentir nada: como si fuera un lagarto.
Viendo cómo sus planes se han visto trastocados, Anna se centra en su último huevo de Reina y en el bebé de Ryan. Le pide (mejor dicho, ordena) al reaparecido Joshua que incube el huevo para experimentar con la niña, a la que hacen envejecer un par de años, lo cual me parece estupendo porque francamente no era un bebé muy agradable. Los cambios en el ADN de la hija de Ryan la hacen inmune al dolor que le provocó Anna y Ryan, como Tyler, se convierte en un ser innecesario. Porque, sorpresa, no murió en la explosión del capítulo anterior.
A favor:
- Que parece que van a sacar a Jane Badler de su reducido espacio de interpretación.
- El capítulo ha sido entretenido.
En contra:
- Que vayan a hacer que Erica y Hobbes se enrollen.
- Cada vez me entero de menos.
- Esperaba ver un poco más de mala leche en el momento de las bofetadas familiares.
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