El tercer capítulo de la segunda temporada de The Big C demuestra que la serie protagonizada por Laura Linney ha regresado con buen pie a Showtime. Sin ofrecer, en este caso, grandes avances en las tramas abiertas esta temporada consigue arrebatar al espectador un par de carcajadas y logra que pasemos un buen momento. No en vano, el título del capítulo apunta hacia el contenido sexual y en esta serie han dejado muy claro siempre que ese aspecto se lo toman con mucho sentido del humor.
Especialmente, debo destacar un gran aspecto positivo de este capítulo, y es que ha conseguido que por fin le vea interés a una pareja como la de Sean y Rebecca, cuya premisa era en un principio cansina y aburrida: forzar a un personaje estrafalario a sentar cabeza. No obstante, el modo en el que se ha normalizado la relación entre ambos ha sido satisfactoria, y es que el personaje interpretado por John Benjamin Hickey consigue adaptarse a su nueva relación en pareja tomando unas medicinas que le permiten doblegarse a sus instintos de libertad y de irresponsabilidad. Pero, ¿quién iba a imaginar las consecuencias que tendrían tales medicamentos en la conducta del extraño personaje?, pues como quien no quiere la cosa se convierte de la noche a la mañana en un ser humano responsable y atento, tal vez demasiado "enfocado" en aspectos en los que antes no había prestado especial atención. Esto es algo que en un principio agrada a Rebecca, pero cuando su novio le dice con total inocencia que tiene pelos en los pezones, la futura madre no puede si no ofenderse (como es obvio). Por esa razón, intentará llamar la atención de su pareja desviándole de esos matices de su cuerpo y forzando una imagen sexual y fantasiosa para que no se fije en otras cuestiones, pero ¿cómo? vistiéndose de colegiala. Aunque cómo concluyen esta trama es en cierto sentido bastante convencional, no cabe duda de que Rebecca y Sean consiguen llamar mi atención de cara a futuros capítulos. Por fin.
Pero volviendo a Cathy, nuestra paciente se encuentra en este capítulo en una encrucijada. Lleva dos meses sin tener relaciones sexuales con Paul y éste miente al decir que no necesita sexo en el matrimonio, con el fin de hacer sentir mejor a su mujer por no querer hacerlo nunca. Cuando Andrea se instala en la casa de los Jamison debido a que su familia se marcha de misiones a Ghana, la chica pilla a Paul masturbándose con un catálogo de lencería y Cathy se entera de la mentira de su marido, sintiéndose humillada tanto por lo que Andrea a visto (aunque asegura que lo ha visto varias veces antes) como por su situación conyugal. Visita con Rebecca un sex-shop y mientras esta compra un atuendo de colegiala (ver arriba), Cathy le compra un masturbador masculino a Paul. Cuando se lo regala, la pareja comienza una sesión masturbatoria que acaba en un revolcón bastante chocante, aunque sin duda hace sentir mejor tanto a Cathy como a Paul. En este capítulo no vemos grandes avances de Cathy y de su tratamiento, y el sello Showtime queda demasiado patente en esta escena de cama. Entretenido, sin duda, pero la trama de Cathy podría haber sido algo mejor.
Por último, mencionar que Adam es rechazado por su novia (nunca me acuerdo del nombre) cuando intenta acostarse con ella, ya que la chica quiere ir más despacio. Por suerte, conoce en el instituto a Emily (Emily Kinney), atraída hacia el chico por la situación que éste vive en casa que culmina con un polvo debajo de las gradas del campo de fútbol. Muy clásico, por decir algo. Adam siempre me ha parecido un aburrimiento.
Concluye así Sexual Healing, capítulo de absolutamente de relleno pero que no deja de ser atrevido e interesante. Esperemos que para el siguiente podamos ver cómo avanza la situación de Cathy, aunque espero que grandes momentos como los de este capítulo sigan presentes en el futuro. Aunque me imagino que será así en cualquier caso.
Lo mejor:
- El pezón peludo "pelaureola" y Rebecca vestida de colegiala.
- La uña pocha de Sean y su lista de imperfecciones.
- La escenaza de Paul y Cathy.
- El tremendo WTF de la traducción de al español de Hall y Oates por Ana Belén y Víctor Manuel.
En contra:
- Andrea (Gaborey Sibide) no tiene mucha gracia.
- Se plantea demasiado protagonismo para Adam.
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"El tremendo WTF de la traducción de al español de Hall y Oates por Ana Belén y Víctor Manuel."
ResponderEliminarA mi esto me dejo muerta de risa. Me recordó a las adaptaciones de guiones de Antena 3 con Salem, el gato de Sabrina.
Yo noto la ausencia de Marlene en la serie.
No me acordaba yo de Salem y las burradas que hacían los traductores para que soltara chistes graciosos (lo mejor es que la mayoria del público no captaba las referencias, y me incluyo). Yo también echo en falta a Marlene, pero no me importaría que siguiese en ella como espíritu/conciencia de Cathy, como en el primer episodio. Saludos y gracias por pasarte!
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