Breaking Bad continúa semana tras semana aunque no hayamos hecho mención alguna al desarrollo de la serie desde la premiere de la cuarta temporada. Mea culpa. Es verano y Breaking Bad se emite en un día complicado para mí, por lo que esta review va a ser más una puesta al día que una continuación de la anterior. Aunque Walter y compañía no hayan llegado muy lejos de momento, sino que más bien han estado asentando las premisas de esta temporada (que luego obviarán para salirse por la tangente y darnos un susto, como siempre) que, todo hay que decirlo, de momento son bastante confusas, Breaking Bad sigue demostrando su calidad capítulo a capítulo. ¡Hora de cocinar!
En Thirty-Eight Snub (con George Mastras en el guión y Muchelle MacLaren en la dirección) vimos cómo Walter comenzaba a prepararse para la situación incierta en la que se encontraban él y Jesse (situación que, por cierto, sigue igual a estas alturas de la temporada), comprando un revólver del calibre 38 de cañón corto a un vendedor del mercado negro interpretado por Jim Beaver (Supernatural, Deadwood) con el que pretende matar a Gus, convencido de que su jefe le matará si no acaba con él antes, pero no volverá a verle y el único que puede conseguir el acceso es Mike, que no acepta las presiones del desesperado Walter. Jesse, totalmente traumatizado, busca comprar con su dinero la atención de amigos y desconocidos para así mantenerse distraido y ocupado, organizando fiestas salvajes en su propia casa. Skyler sigue empeñada en comprar el lavadero de coches y comienza a explorar el terreno por su cuenta teniendo incluso una reunión con el antiguo jefe de Walter, Bogdan, de la que sale bastante escaldada. Por último, vemos cómo Marie sufre en silencio la ira de Hank, que únicamente comparte con ella su depresión y no regala ni un respiro a su pobre enfermera. Se trata de un capítulo relajado pero que contiene las bases y la información necesaria para los siguientes que llegarán, todo ello firmado con la calidad de la serie de Vince Gilligan.
Open House, tercer capítulo de la temporada, hace referencia a una trama bastante inesperada. Aunque conocíamos la historia de cleptomanía de Marie descubrimos que la hermana de Skyler ha sufrido una recaída producida con toda seguridad por el clima repleto de tensión de su propio hogar, la cual provoca que la mujer vaya de casa en casa en venta para robar de cada una de ellas algo significativo para sus respectivas familias mientras se inventa exageradas y elaboradas historias sobre sí misma en las que se imagina que tiene una vida mejor; al final es descubierta y es detenida, pero los contactos de Hank la sacan de comisaría rápidamente (aunque su marido se haya enterado de lo que hace su mujer). Por otro lado, Skyler convence a Walter de comprar el lavadero de coches de Bogden precisamente porque éste les ha humillado a ambos, aunque la oferta del hombre es excesivamente alta; por ello, la mujer ideará un plan lleno de mentiras para que el empresario prácticamente les regale su negocio. Jesse continúa su depresión siendo el espectador de sus propias reuniones de drogadictos y vagabundos y Hank es alentado por un antiguo compañero (el mismo que libera a Marie de la cárcel) para que le ayude en la investigación del asesinato de Gale Boetticher. En resumen, un capítulo entretenidísimo donde destaco especialmente las tramas de las dos hermanas, expertas en manipulación así como el orgullo de Walter, aunque esto no sea precisamente una novedad.
El capítulo siguiente vuelve a convertirse en un capítulo de explicaciones y de asentamientos de tramas. En Bullet Points, a pesar de que se comienza con una trepidante escena en la que Mike pierde un trozo de oreja por proteger la mercancía de su jefe, el resto del capítulo se fundamenta especialmente en cómo Walter y Skyler elaborar una historia que explique su situación económica actual para poder contársela a su familia y a los desconocidos que pregunten cómo han podido comprar un lavadero de coches (supuestamente porque Walter es un adicto al juego que ha hecho mucho dinero contando cartas). En la cena familiar donde el matrimonio hace su actuación Hank, enfrascado en la investigación de Gale, le pide la opinión a Walter sobre los escritos sobre química del antiguo compañero de su cuñado y le asegura que posiblemente el fallecido fuera con vida el famoso productor Heisenberg. Cuando se entera de esto, el verdadero Heisenberg corre a por Jesse para averiguar si podrían estar en peligro, aunque el joven no atiende a razones ante la presión de Walter y le echa de su casa. De la misma también salen miles de dólares que un drogadicto de su fiesta continua le roba y Mike se los devuelve, sorprendido ante la apatía del ayudante de laboratorio. El capítulo termina con Mike llevándose a Jesse en su coche y Walter aterrado porque le puedan eliminar. Un final inesperado que cierra un capítulo muy interesante repleto de explicaciones y planteamientos.
Finalmente, en el quinto episodio de la temporada, Shotgun (llama la atención que hasta ahora tres títulos estén dedicados a las armas) vemos cómo se masca la tensión cuando Walter va en busca de Gus para salvar la vida de su extraño amigo en un restaurante de Los Pollos Hermanos. Mike, que sabe que está ahí, le llama para tranquilizarlo y Jesse le dice que no tiene de qué preocuparse. No obstante, ni siquiera el ayudante está convencido de que el solucionador de problemas de Gus vaya a acabar con él, pero rápidamente descubre que Mike no tiene esa intención y que tampoco sabe muy bien por qué se le ha ordenado que le acompañe en una ronda recogiendo el dinero de los camellos empleados de Gus. Hacia el final de la misma, mientras Jesse espera en el coche a Mike, ve aparecer a unos miembros de otro cartel y consigue espantarlos de la zona ante la sorpresa del solucionador; sin embargo, más tarde descubrimos que todo esto era un plan de Gus para hacer que el chico reaccionara de una vez por todas aunque con motivos más egoístas de lo que parece: conseguir la lealtad de Jesse. Por otro lado, Walter y Skyler se reconcilian (aunque una revelación de Walter Jr. podría acabar con los nuevos planes de la pareja - por cierto, genial el detalle de la taza de Beneke) y vuelven a casa de Hank y Marie para una cena, en la que Walter se pasa con el vino y se enfrenta a Hank cuando éste asegura que Gale era un genio, ya que el químico asegura que estaba copiando el trabajo de otra persona, revelación impulsada por su propio orgullo. El capítulo cierra con una tremenda revelación de Hank, que descubre para su asombro que un vegano como Gale tenía en su casa un envoltorio de comida de Los Pollos Hermanos.
La temporada empieza a calentarse y si de algo podemos fiarnos de Breaking Bad es que no debemos acomodarnos porque esto acabará explotando tarde o temprano. Las tramas abiertas son increíbles: la investigación de Hank, los movimientos de Gus para conseguir a Jesse (y cómo éste llevará la situación, si cambiará su lealtad hacia Walter o no), la relación de Walter y Skyler que pende de un hilo cada vez más fino y, cómo no, qué sucederá con Walter con todas estas trampas acechándole.
Open House, tercer capítulo de la temporada, hace referencia a una trama bastante inesperada. Aunque conocíamos la historia de cleptomanía de Marie descubrimos que la hermana de Skyler ha sufrido una recaída producida con toda seguridad por el clima repleto de tensión de su propio hogar, la cual provoca que la mujer vaya de casa en casa en venta para robar de cada una de ellas algo significativo para sus respectivas familias mientras se inventa exageradas y elaboradas historias sobre sí misma en las que se imagina que tiene una vida mejor; al final es descubierta y es detenida, pero los contactos de Hank la sacan de comisaría rápidamente (aunque su marido se haya enterado de lo que hace su mujer). Por otro lado, Skyler convence a Walter de comprar el lavadero de coches de Bogden precisamente porque éste les ha humillado a ambos, aunque la oferta del hombre es excesivamente alta; por ello, la mujer ideará un plan lleno de mentiras para que el empresario prácticamente les regale su negocio. Jesse continúa su depresión siendo el espectador de sus propias reuniones de drogadictos y vagabundos y Hank es alentado por un antiguo compañero (el mismo que libera a Marie de la cárcel) para que le ayude en la investigación del asesinato de Gale Boetticher. En resumen, un capítulo entretenidísimo donde destaco especialmente las tramas de las dos hermanas, expertas en manipulación así como el orgullo de Walter, aunque esto no sea precisamente una novedad.
El capítulo siguiente vuelve a convertirse en un capítulo de explicaciones y de asentamientos de tramas. En Bullet Points, a pesar de que se comienza con una trepidante escena en la que Mike pierde un trozo de oreja por proteger la mercancía de su jefe, el resto del capítulo se fundamenta especialmente en cómo Walter y Skyler elaborar una historia que explique su situación económica actual para poder contársela a su familia y a los desconocidos que pregunten cómo han podido comprar un lavadero de coches (supuestamente porque Walter es un adicto al juego que ha hecho mucho dinero contando cartas). En la cena familiar donde el matrimonio hace su actuación Hank, enfrascado en la investigación de Gale, le pide la opinión a Walter sobre los escritos sobre química del antiguo compañero de su cuñado y le asegura que posiblemente el fallecido fuera con vida el famoso productor Heisenberg. Cuando se entera de esto, el verdadero Heisenberg corre a por Jesse para averiguar si podrían estar en peligro, aunque el joven no atiende a razones ante la presión de Walter y le echa de su casa. De la misma también salen miles de dólares que un drogadicto de su fiesta continua le roba y Mike se los devuelve, sorprendido ante la apatía del ayudante de laboratorio. El capítulo termina con Mike llevándose a Jesse en su coche y Walter aterrado porque le puedan eliminar. Un final inesperado que cierra un capítulo muy interesante repleto de explicaciones y planteamientos.
Finalmente, en el quinto episodio de la temporada, Shotgun (llama la atención que hasta ahora tres títulos estén dedicados a las armas) vemos cómo se masca la tensión cuando Walter va en busca de Gus para salvar la vida de su extraño amigo en un restaurante de Los Pollos Hermanos. Mike, que sabe que está ahí, le llama para tranquilizarlo y Jesse le dice que no tiene de qué preocuparse. No obstante, ni siquiera el ayudante está convencido de que el solucionador de problemas de Gus vaya a acabar con él, pero rápidamente descubre que Mike no tiene esa intención y que tampoco sabe muy bien por qué se le ha ordenado que le acompañe en una ronda recogiendo el dinero de los camellos empleados de Gus. Hacia el final de la misma, mientras Jesse espera en el coche a Mike, ve aparecer a unos miembros de otro cartel y consigue espantarlos de la zona ante la sorpresa del solucionador; sin embargo, más tarde descubrimos que todo esto era un plan de Gus para hacer que el chico reaccionara de una vez por todas aunque con motivos más egoístas de lo que parece: conseguir la lealtad de Jesse. Por otro lado, Walter y Skyler se reconcilian (aunque una revelación de Walter Jr. podría acabar con los nuevos planes de la pareja - por cierto, genial el detalle de la taza de Beneke) y vuelven a casa de Hank y Marie para una cena, en la que Walter se pasa con el vino y se enfrenta a Hank cuando éste asegura que Gale era un genio, ya que el químico asegura que estaba copiando el trabajo de otra persona, revelación impulsada por su propio orgullo. El capítulo cierra con una tremenda revelación de Hank, que descubre para su asombro que un vegano como Gale tenía en su casa un envoltorio de comida de Los Pollos Hermanos.
La temporada empieza a calentarse y si de algo podemos fiarnos de Breaking Bad es que no debemos acomodarnos porque esto acabará explotando tarde o temprano. Las tramas abiertas son increíbles: la investigación de Hank, los movimientos de Gus para conseguir a Jesse (y cómo éste llevará la situación, si cambiará su lealtad hacia Walter o no), la relación de Walter y Skyler que pende de un hilo cada vez más fino y, cómo no, qué sucederá con Walter con todas estas trampas acechándole.
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