El que hayamos dejado de afirmar que The Big C es una comedia, a pesar de la insistencia de críticos y académicos de la televisión, es un hecho bastante superado. Aunque es verdad que en ciertas ocasiones haya momentos realmente hilarantes, el destino de la propia historia es tan dramático (si entiendes por drama el hecho de la muerte, obviamente) que su clasificación no puede llevar a error; ni siquiera cabría en ese cajón de sastre de las series de Showtime que hemos denominado burdamente "dramedia". Y aún más con ejemplos como el capítulo con el que Cathy Jamison se despedía de su segunda temporada.
Cuando suponíamos que la season finale iba a ser más reflexiva que demostrativa, realmente caímos en la trampa que Cathy. Con Lee muerto, lo único que la enferma mujer podría hacer es seguir luchando, pero sin un alma gemela a su lado. Por eso, en su honor, Cathy decide correr la maratón que su amigo nunca pudo hacer, a pesar de los consejos de su médico, Todd Mauer, para que se eche atrás. Obviamente, la mujer no está en absoluto preparada para la prueba pero es algo que debe hacer para aliviar sus penas. Afortunadamente, tiene el apoyo de su hermano Sean, de su hijo Adam y de su médico durante la dura carrera, porque todos ellos tienen en mente una realidad muy clara, una que cada vez se esfuerzan más para que llegue a los espectadores: posiblemente sea la última carrera de Cathy.
Paul, lamentablemente, no pudo ir a ver a su mujer, a la que ha decepcionado cuando ésta se ha enterado de que ha empezado a consumir cocaína y que ha tenido que abandonar su empleo para que no le descubrieran con un análisis de orina. Para resarcirse, como siempre, Paul trata de pelear con los del seguro para que les den cobertura a unos gastos que ya habían aprobado en un principio, e incluso se llega a presentar en la oficina de estos en la propia fiesta de Año Nuevo (que, curioso, allí nadie celebra de una forma muy normal). Puesto hasta las cejas de drogas, Paul restriega una verdad tan dolorosa como desesperada ante todos esos seres humanos que tienen, aunque sea por obligación, que negarle una ayuda a una enferma terminal.
Mientras, Cathy llega a la meta. Allí están Adam (que, por cierto, ha regresado con su novia), Sean y Todd. También se le aparecen Marlene y Lee para apoyarla en sus últimos metros. Y por último llega Paul, al que Cathy más esperaba, que se coloca al lado de los muertos. Porque Paul no esta allí. Está, quién sabe, con los que ya se han ido.
¿Habrá muerto Paul de sobredosis? ¿Volverá la siguiente temporada? Y si no es así, ¿qué se puede esperar del personaje de una enferma que lo ha perdido prácticamente todo? ¿Tendría Cathy ganas de seguir luchando? ¿Cómo lo vivirán los demás? Dentro de un año, las respuestas.
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