Si de algo puede presumir Raising Hope es de tratar, con su habitual destreza y desenfado, los temas más comunes sobre la familia con tal comicidad que puede llegar a resultar hilarante. La serie se enfoca en estas situaciones puestas bajo la mira de una familia nada corriente, que explota muy inteligentemente con resultados muy divertidos. La mayor parte de ellos, claro.
El regreso de los Chance vuelve a revisionar otra de las grandes cuestiones de la familia y de la infancia y le ha conseguido a la premiere de la serie de la Fox 3,1/8 en los demográficos y casi siete millones de espectadores, una cifra no demasiado alta pero bastante atractiva como para decir que ha regresado en plena forma. En este caso, lo que vemos tras una genial introducción musical por parte de la grandísima Shelley (Kate Micucci), es a Jimmy y a una Hope bastante más crecidita ver con sorpresa cómo el joven era todo un prodigio musical en sus años mozos que encandilaba a chicas jóvenes y no tan jóvenes. El pequeño Jimmy había aprendido a tocar el piano gracias a las artes de Maw Maw y era el orgullo de la familia (o de casi toda la familia, porque Burt tiene mucho que decir aquí). No obstante, el joven, años después, no es capaz de recordarlo y hace falta la frescura y sinceridad de Virginia para dar tono a una hilarante historia de cómo un hijo tan del montón como el suyo pudo llegar a convertirse en una estrella.
Lamentablemente, en un juego de minigolf un palo le dio en la cabeza y le hizo olvidar su talento, e incluso olvidar que alguna vez lo tuvo. Ahora, Jimmy se propone recobrarlo y tratando de recrear la primera vez que toco el piano y con la particular gracia de los Chance, la familia se dispone a conseguir que el chaval vuelva a ser quien alguna vez fuera, todo por que Jimmy (el cansino) pueda conquistar a Sabrina. Lo más gracioso de todo es que se dan cuenta de que solo borracho puede llegar a tocar bien el piano, algo que más tarde (por si no habíais captado la referencia) se reconoce que es similar a lo que le pasó a Peter en Family Guy (e incluso Virginia se digna a hacer referencia al talento para el italiano de Penny en Happy Endings). Y al igual que en la otra serie, esta vez de animación, de la Fox, Virginia lleva a Jimmy a lucirse a un recital de piano y casi se caen del susto cuando descubren que en realidad no era la cerveza la que servía para hacer que Jimmy recuperara su don, sino que era la cerveza lo que hizo que todos creyeran que era así. Afortunadamente, la pequeña Princess Beyonce sí parece tener un talento innato para la música. Lo que hace un nombre.
Un episodio divertidísimo pero, por supuesto, todo es mejorable y es que espero que esta temporada Raising Hope consiga evolucionar algo para evitar estancarse en la típica comedia familiar sin final. Está muy bien ver las locuras de Maw Maw, las patadas al diccionario de Virginia (Ambrosia! Anemia!), la simplicidad de Burt o la cómicamente lamentable vida de Jimmy. Hace falta un desarrollo, un destino, explorar nuevas posibilidades pero seguir siendo tan divertida como lo ha sido hasta ahora, o más si es posible.
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