Gaby no está dispuesta a aparcar lejos del colegio porque una mujer del colegio quiera, así que decide rebelarse junto al resto de madres afectadas para recuperar el permiso. Susan decide apuntarse a clases de pintura de un famoso pintor, pero él le rechaza porque su estilo (el de Susan) está más dirigido para niños. Danielle, por otro lado, tiene en mente un negocio, hacer equipamiento deportivo y venderlo en internet, claro está, para ello necesita dinero que su madre le da encantada. En cambio, a Gabrielle le sale mal la jugada ya que sus aliadas la abandonan cuando el colegio les devuelve a ellas el permiso, y a Gaby la mandan aparcar más lejos todavía.
Bree no sabe que su hija le está mintiendo, su negocio no es el que decía, sino que está creando vestimenta erótica para venderla en internet. Lynnette le regala a su hija una Tablet para poder hacer videollamadas y de paso cotillear el piso de Tom, y es así como se da cuenta de que tontea con una chica que se llama Chloe. Renee es quien devuelve a Bree al mundo real explicándole que su hija le ha tomado el pelo. El famoso pintor decide aceptar a Susan en sus clases tras haber visto un ataque de ira de ésta tras ser rechazada por segunda vez. Bree, tras mucho pensar, decide apoyar a su hija en su nuevo negocio ya que es lo que hacen las madres.
Lynnette decide ir un poquito más lejos, y eso significa ir con Renee a las clases de aerobic que da la famosa Chloe y así averiguar un poquito más. Gaby está harta y decide saltarse las reglas dejando a su hija en la puerta del colegio, pero le vuelve a salir mal la jugada y atropella sin querer a su gran enemiga en el colegio. Para que no presenten cargos, Gabrielle tiene que aceptar el trabajo de la accidentada, un trabajo que arruinará su vida. Tom se encuentra en el gimnasio con Lynnette y es cuando ésta descubre que no es Chloe la cita de Tom, sino su madre, cosa que destroza totalmente a Lynnette. Por último, Chuck sigue realmente enfadado porque Bree le haya dejado, lo malo es que sus superiores le mandan ocuparse de un caso, la desaparición del padrastro de Gaby.
Como es de esperar, un buen episodio. En Desperate Housewives es raro encontrarte con un capítulo que te llegue a aburrir (salvo la primera temporada que era bastante mala). Como siempre, tiene puntos buenos y puntos malos, en éste caso, los 2 mejores puntos los ha puesto Renee, el primero explicándole a Bree el negocio de su hija, y el segundo cuando acompaña a Lynnette al gimnasio. Por otra parte, los peores momentos los ha dado Susan, ya que su personaje a veces es aburrido y en éste episodio su historia con el profesor de pintura no pintaba gran cosa.
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