Foreman acude a la cárcel para darle una buena noticia a House, puede sacarle de ahí, pero todo tiene un precio. En éste caso, tiene que aceptar un caso de transplante y aceptar trabajar bajo las órdenes de Foreman. El caso trata sobre un chico de 18 años que sale de fiesta y tiene un accidente, el chico muere pero es donante y lo único que se salvan son los pulmones. Pero algo va mal y tienen 24 horas (de las cuales 12 ya han pasado) para averiguar lo que sucede a los pulmones. Las cosas han cambiado bastante en el hospital, Foreman ocupa el puesto de Cuddy, su antigua oficina la ocupa otro departamento, y su equipo (Trece, Taub y Chase) han seguido sin él. A cambio, le dan una oficina del tamaño de un armario y su equipo se reduce a una chica asiática.
El primer diagnóstico es que el chico abusó de las drogas, así que harán unas pruebas para comprobar si es verdad. Wilson ha cambiado y no quiere tener más relación con House que la necesaria en el trabajo. Si salvan los pulmones, se trasplantarán a una paciente de Wilson que los necesita urgentemente. House y la nueva van a casa del chico para ver si tomaba drogas o no, y descubre que no era verdad y que posiblemente tuviese un tumor cerebral. La paciente de Wilson cada vez empeora más.
Como era de esperar, House vuelve a equivocarse con el diagnóstico, el chico no tenía cáncer. Tras mirar el cadáver, encuentran una masa en uno de los brazos, plasma coagulado, por lo que alguno de los donantes que donaron plasma sanguíneo para el chico tuvo que tener algo en su sangre que le mató. Como House no puede violar la libertad condicional, Wilson y la chica asiática irán a hablar con los donantes uno por uno. Se encuentran ante una posible intoxicación por plomo, pero se dan cuenta de que no es así cuando los pulmones empiezan a empeorar con el tratamiento.
El nuevo diagnóstico nos dice que el donante tenía demasiado hierro en su cuerpo y donándolo al chico, éste tuvo problemas en los pulmones. Haciendo pruebas para confirmarlo, se dan cuenta de que las células estaban infectadas desde un principio. Por muchos consejos y ayuda que House le dé a Wilson, éste no cambia de idea y se niega a volver a ser su amigo. Vuelven a fallar con el diagnóstico, hasta el punto que los pulmones cambian de color. House se da por vencido y necesita pensar hasta que ve que es el cumpleaños de una enfermera y sopla las velas de una tarta.
El chico era fumador pasivo y eso hizo que los pulmones estuviesen destrozados en un principio. Mejoran los pulmones mediante radiación y así, pueden seguir adelante con el trasplante. Foreman decide devolverle parte de su oficina a House, y Wilson tras pensarlo y darle un puñetazo a House, decide perdonarle.
En este episodio hemos podido ver de vuelta a House en el hospital, y lo bueno es que ya sabemos cómo han explicado la salida de Cuddy, tras el incidente con House dejó su puesto. Ahora, lo mejor del episodio ha sido el caso, el paciente es distinto, directamente no hay paciente, sino un órgano que necesita sanar. De momento, la serie me está sorprendiendo, cosa que las temporadas anteriores han hecho que me desencante de la serie, estos 2 episodios han hecho que recupere el gusanillo por House.
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