Poniéndonos en situación, os recordamos cómo están las cosas. Chuck está prisionero de Quinn, el malo malísimo final de la serie, y Sarah y Casey, víctimas de una trampa, se ven obligados a hacer uso del Intersect para salvarse. Sarah se pone las gafas con el programa de la discordia y se convierte en una súper espía, salvando la situación, pero con una bomba de relojería en la cabeza.
Con la ayuda del Intersect (y la friolera de 40 flashes en 2 días), Sarah y Casey logran acudir al rescate de Chuck, que se encuentra en Tokyo, a bordo de un tren a punto de efectuar su salida, de camino a Dios sabe dónde, donde ha de ayudar a Quinn a construirle su codiciado Intersect. Pese a su rapidez operativa, no logran salir del tren a tiempo, y han de esperar hora y media hasta la primera parada para bajar. Aunque esto no supondría ningún problema, ya que supuestamente tienen a Quinn encerrado y vigilado, éste se las apaña para llamar a sus hombres, que secuestran a Alex en el Compra Más, utilizándola como moneda de cambio para ser liberado y meterse en el bolsillo al Equipo Bartowski. Esta situación es resuelta, sorprendentemente, por Jeff y Lester, que intentando averiguar de una vez por todas la verdad (deben tener el cerebro chamuscado de tantas idas y venidas de información) acaban por ser los héroes.
Mientras esto ocurre, en Burbank, Ellie y Devon intentan descubrir por qué a Morgan "se le frió el cerebro" cuando tuvo el Intersect haciéndole toda clase de pruebas para poder prevenir este efecto en Sarah. Llegando a la conclusión de que el número de flashes es la causa más probable de los problemas, intenta mandar a Chuck el programa de extracción del Intersect (los trenes llenos de japoneses pueden ser muy útiles), ya que Sarah empieza a notar sus efectos con mucha fuerza. Al perder la conexión, Chuck va a repararlo, topándose con Quinn, que ha conseguido salvarse de una muerte segura, empezando una lucha en medio del tren que acabará con Quinn llevándose a Sarah lejos de su marido, sin que éste ni Casey puedan hacer nada para impedírselo.
Con ayuda de unas tarjetas especiales, Quinn borra la memoria de Sarah y la engaña para hacerla creer que es su supervisor y que su misión es matar al hombre que le enseña en una foto. Hombre que Sarah afirma no haber visto nunca, llamado Chuck Bartowski.
Un capítulo con comedia, drama y acción en su punto justo, creando un cóctel perfecto que si nos hubieran presentado antes, puede que hubiera evitado que ésta fuera la última temporada. Las dudas sobre qué podrían maquinar para el final de esta serie que nos ha acompañado durante cinco años han sido resueltas. Veremos un enfrentamiento entre Chuck y Sarah, cosa que no me habría esperado jamás, y cómo estos pueden con todo y acaban con Quinn, pudiendo por fin formar su ansiada familia lejos de todo peligro. Esperemos.
La semana que viene nos espera un doble capítulo, dos horas en las que nos despediremos del espía más friki de todos los tiempos (que yo sepa). No sé a vosotros, pero a mi como fan me da mucha pena, pero viendo el capítulo de esta semana, creo que va a ser un final digno y por todo lo alto. Ya os lo contaremos. Hasta entonces sólo nos queda esperar.
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