No sé vosotros, pero cuando ayer leía la triste noticia (por si no os habéis enterado) de que el FBI ha cerrado la web de descargas Megaupload y detenido a sus dueños, me imaginaba a un grupo de agentes con sus trajes de rigor, gafas de sol y pinganillo al oído entrando a tropel en una oficina y destruyéndolo todo a su paso. Poco o nada puede ser cierto de la escena que tenía lugar en mi imaginación pero aparte del fatídico y lamentable incidente de ayer, por alguna razón me paré a pensar en de qué modo el cine y la televisión han influido en nuestras mentes (o solo la mía) a la hora de visualizar las típicas escenas de investigación y detención del famoso departamento de la seguridad estadounidense. Que conste en acta que mi intención en el siguiente texto no es trivializar esta situación tan espinosa pero en cierto sentido, qué mejor momento para hacer memoria de cómo, por ejemplo, las series de televisión han tomado parte a la hora de formarnos una idea del trabajo del ahora polémico grupo de investigadores.
Si la figura del agente del FBI es prácticamente una obligación en cualquier serie policíaca o de suspense (por supuesto, depende mucho de por dónde vayan los tiros de cada una) de la actualidad, lo cierto es que el famoso cuerpo gubernamental lleva apareciendo en pantalla varias décadas. Poco podemos decir de series como The F.B.I. (ABC, 1965-74), que inmortalizó por primera vez en televisión el trabajo diario de un grupo de agentes del FBI durante nueve temporadas a partir de casos reales, y que se descubrió después que la propia institución tenía más control sobre el programa del que cabría esperar; además, tras varios años en silencio, la serie regresó con una nueva versión, Today's FBI, que apenas duró una temporada en la ABC; incluso la Fox planeaba hacer un remake de la serie hace un par de años pero nunca vio la luz.
Aunque en varias series de televisión de aquellos tiempos los agentes del FBI tomaban en ocasiones papeles más o menos relevantes, no es hasta 1990 cuando la ABC de la mano de David Lynch emitió la legendaria Twin Peaks (ABC, 1990-91) en la que un agente del FBI tomaba el papel protagonista. El Agente Especial Dale Cooper (Kyle MacLachlan) se imponía como uno de los principales puntos de interés de la mítica serie haciendo gala de una personalidad un tanto inusitada para un personaje de su categoría: además de una gran inteligencia, Cooper mostraba un sentido del humor extraño, costumbres del todo extravagantes, una forma de socializarse del todo peculiar y un verdadero vicio por el pastel de cereza. Además, la pintoresca personalidad de Cooper sirvió de precedente para que el papel de estos investigadores cobrara una nueva perspectiva, alejándoles de la habitual frialdad con la que se les suele relacionar y sin duda inspiró a muchos personajes del gremio en el futuro.
La verdad sea dicha, posiblemente fue Cooper la detonación que hizo que el FBI fuera uno de los must televisivos de los dramas de aquellos años hasta la actualidad. Poco después conoceríamos a los también legendarios Agentes Especiales Dana Scully (Gillian Anderson) y Fox Mulder (David Duchovny) de The X-Files (Fox, 1993-2002) que consiguieron con sus historias poner el vello de punta y haciendo gala de una de las mejores TSNR (Tensión Sexual No Resuelta) de la televisión. Totalmente opuesta es la visión del FBI desde la perspectiva de The Sopranos (HBO, 1999-2007), que siempre estaban acechando a los DiMeo.
Ya en la década pasada, la proliferación de personajes del FBI en televisión fue bestial. Pasamos de la División de Contraterrorismo del FBI, que hacía acto de presencia en 24 (Fox, 2001-10), especialmente en la séptima temporada, a otra serie de la cadena, que parece bastante asidua a este tipo de personajes y tramas, Bones (Fox, 2005-), en la que también se hace honor (¿o es "se hacía"?) a la TSNR entre un agente del FBI, el Agente Especial Seeley Booth (David Boreanaz) y la antropóloga forense Temperance Brennan (Emily Deschanel). Pasando a la CBS, por estos años nos encontramos también Without a Trace (CBS, 2002-09), sobre una unidad de personas desaparecidas del FBI; Numb3rs (CBS, 2005-10), sobre unos agentes del cuerpo que colaboran con un matemático y Criminal Minds (CBS, 2005-), centrada en la Unidad de Análisis de Conducta del FBI. Esto, por supuesto, sin olvidarnos de aquellas series donde el FBI cobra un papel secundario, que no son pocas.
Adentrándonos en los años más recientes, no nos podíamos olvidar de Fringe (Fox, 2008-), serie sobre un equipo especial de FBI donde la Agente Especial Olivia Dunham (Anna Torv) vuelve a hacer gala de la legendaria gelidez del famoso departamento, un completo acierto. Un año después, White Collar (USA, 2009-) nos empezaba a contar la colaboración entre un estafador, Neal Caffrey (Matt Bomer), y un agente llamado Peter Burke (Tim DeKay), su antigua némesis. Tampoco podemos pasar por alto a Nelson van Alden (Michael Shannon) de Boardwalk Empire (HBO, 2010-), un agente de un casi primitivo FBI en los tiempos de la Ley Seca; y, aunque totalmente reciente, al Agente Especial Emerson Hauser (Sam Neill) de Alcatraz (Fox, 2011-), que le aporta un toque más que misterioso. Y aunque alguien lo pase por alto, yo no: Bert Macklin, el alter ego del FBI de Andy Dwyer (Chris Pratt) en Parks & Recreation (2009-), para que no se diga que el FBI se pasa por la comedia.
Por supuesto, nos olvidamos de muchos de ellos: el FBI ha dado para muchas historias, variadas, jugosas e incluso algunas tremendamente aburridas, y hemos conocido a muchísimos personajes que nos han hecho disfrutar de la televisión durante años. Ahora toca odiarles un poco, como es comprensible, pero del mismo modo que hay que separar realidad y ficción (que no parezca que con este artículo pretendo defender o acusar a nadie), también hay que diferenciar placer y trabajo. Digo yo.
ver como siguen presentes las autoridades estan en las series en todos los tiempos; lo importante y llamativo de esto es mostrar que las autoridades son tambien imperfectas, vasta ver al agente Van Alden en
ResponderEliminarBoardwalk Empire para comprender y tener un claro ejemplo.