Seguir una serie comporta muchas actitudes entre las que personalmente destacaría el identificarse con una serie de personajes, generalmente los principales, y compartir, en cierto sentido, sentimientos con y hacia ellos. No obstante, en la mayor parte de las ocasiones, muchos personajes a los que vemos continuamente en nuestras series se quedan en segundo plano, cumplen un par de funciones y en ocasiones toman un pequeño protagonismo puntual. El caso de Fringe además es bastante peculiar: para ser un drama con un reparto bastante consolidado siempre ha priorizado las escenas de sus tres personajes principales (Olivia, Peter y Walter) mientras los secundarios en más de una ocasión parecía que deambulaban entre universos, lo que resulta incluso chocante con la relevancia que han adquirido sus papeles en determinados momentos (me refiero especialmente a los Broyles y las Ninas). Especialmente, Astrid, personaje al que parece que está dedicado este episodio, aunque más bien parece una redención, siempre ha sido uno de los secundarios más olvidados. Hasta hoy, en un episodio que vuelve a bajar a los infiernos con un mísero 1,1 en el rating demográfico; por un lado, comprensible (el episodio de la semana pasada fue bastante flojo), pero por otro, injusto, ya que Making Angels es un episodio divertido, interesante y bastante revelador.
AltAstrid viaja, sin avisar a nadie, de su universo al nuestro para conocer a su doble porque su padre, con el que nunca estuvo unida, ha muerto y se siente desconsolada; padece Asperger (no sé si lo dicen en algún momento pero está más que claro) y la única que puede ayudarla es su propia yo. Tras un emotivo encuentro, rápidamente encaja en el laboratorio de Walter, y es que la extraña agente Fringe del otro lado es, como sabíamos, muy parecida a nuestro científico, de tal modo que empieza a desarrollarse una relación casi parental entre ambos genios (de hecho, Walter la llama Astrid y no otra cosa y prefiere tenerla a ella cerca que a Peter, que básicamente va siempre dos pasos por delante de él y eso molesta mucho a Walter). AltAstrid ayudará al equipo Fringe con su caso y al resolverse se despide de una emocionada Astrid que le suelta una mentira piadosa a su doble para que se sienta mejor: ella no tiene una relación distante con su padre como le asegura a AltAstrid; de hecho están muy unidos, y es que AltAstrid no tenía relación con su padre por su forma de ser y quería saber si, de ser más como Astrid, le hubiera querido más.
El tema del episodio es autoconclusivo pero revela algunos datos importantes. Un matemático y antiguo profesor en el MIT, Neil (Chin Han), que ahora trabaja como revisor en un aeropuerto acecha a personas cuyo futuro va a ser desastroso para ellos y para los que los rodeon, por lo que las asesina con una especie de spray luminoso que les hace sangrar por los ojos en forma de "lágrimas de Ra" (supuestamente su forma de morir es imposible de existir pero he de admitir que no entendí nada de lo que decían sobre el tema). La cuestión es, ¿cómo sabe este hombre el pasado, presente y futuro de todas las cosas? ¿no os suena a algo? Efectivamente, los Observadores tienen mucho que ver con el tema. En su caso del Lago Reiden (¡vaya!), Neil había desarrollado una serie de cálculos matemáticos que de alguna forma le han dado esos conocimientos. El matemático, además, había sobrevivido a un accidente en el que murieron su padre y su hermano gemelo y su madre le desprecia por ser él el superviviente y no su hermano. En la escena final en la que se despide de su madre, Olivia y Peter aparecen y ella dispara a Neil cuando éste había disparado lejos de ella, pero para hacerla creer que iba a atacarla. Olivia se da cuenta más tarde de que él lo que quería era morir y que como no podía suicidarse por su religión consiguió así su objetivo.
Más tarde, dos Observadores reaparecen (uno es December) y recogen el dispositivo de Neil, que descubrimos que pertenecía a September, quien lo perdió años atrás en el Lago Reiden cuando trató de salvar a Peter. Además, también se dan cuenta de que Peter ha vuelto a existir, a pesar de las instrucciones que tenía September. ¿Qué harán después, tomarán partido? Poco a poco vamos sabiendo algo más sobre estos particulares personajes y me agrada la idea de que el resto de la temporada vaya, en parte, por ahí.
Por otro lado, me ha resultado muy interesante la relación entre Fauxlivia y Walter. Él la desprecia por haberle engañado durante todo el tiempo que estuvo infiltrada en el universo azul (de esta línea temporal, se entiende) pero cuando esta Mata Hari reaparece para vigilar a Astrid poco a poco se va ganando al científico (e incluso a Olivia) y al final acaban despidiéndose teniendo una relación que recuerda mucho a la de Olivia y Walter de la primera línea temporal. En general, este Walter se ve obligado a abrirse a los demás: hasta AltAstrid le abre los ojos con respecto a Peter. Tiene que ayudarle a construir la máquina, no le queda otra.
En definitiva, Making Angels es un episodio entretenido que aporta muchas dudas al mismo tiempo que resuelve otras. Se nota que están empezando a dar forma a lo que veremos en las próximas semanas (por cierto, en marzo habrá un parón de tres semanas, estáis avisados) y todo lo que tenga que ver con los Observadores será bienvenido.
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