Gossip Girl S05E17. The Princess Dowry

Tras ver el capítulo que esta semana nos ha dejado Gossip Girl, un cúmulo de emociones contradictorias luchan dentro de mí. Hacía mucho, mucho tiempo que no disfrutábamos de un capítulo como este, traición tras traición, volviendo a traernos las malas artes del Upper East Side (Lola tenía que ver las cosas como realmente son, o deberían) elevadas a su máximo esplendor (nos ha faltado otro Blair vs. Serena para cubrir el cupo), pero sabéis bien que nunca he sido y nunca seré partidaria de la pareja Dan/Blair, y menos viendo cómo ella puede perdonarle absolutamente cualquier cosa por las buenas después de pasar durante cinco temporadas por momentos tan malos por cosas peores que fueron imposibles de olvidar tan fácilmente. Siento que los guionistas querían meter en la serie esta pareja antes de acabarla y, por miedo, se han precipitado y no lo llevan lo bien que podrían (gustos aparte).

Ubicado en el funeral de Cece, la matriarca Rhodes (que había planeado con antelación, fastidiando desde la tumba, bitch de primera clase), encontramos un sin fin de historias paralelas, que podríamos dividir en: Georgina y sus marionetas y Las hijas de Carol Rhodes. Analicemos:

Georgina y sus marionetas

Cansada de no tener vida social, Georgina decide ir al funeral de Cece (como acompañante de Ivy) dejando a su marido (cartera) a cargo del blog. No es muy complicado: leer, copiar, postear. Pero éste, por error, postea los remitentes de los mensajes, descubriendo así que Chuck delató a Dan como culpable de enviar el vídeo en la boda. Georgina, decicida a salir por la muerta grande, empieza a jugar con todos montando escándalos y enfrentándolos entre ellos, llegando a conseguir que Blair acabe su matrimonio teniendo que pagar la multimillonaria dote (aunque luego se ofrece a ayudarla a evitarlo, a saber qué trama ahora). Ante lo ocurrido y tras destapar los secretos de Dan y Chuck, Blair acaba entregándose a Dan, alegando que ahora es él quien tiene su corazón y no Chuck. El comienzo oficial de Dair. ¿Durará? (No no no no no)

Las hijas de Carol Rhodes

Mientras que Lola/Charlotte va obligada y engañada por Nate a la casa Van der Woodsen, Ivy aparece por iniciativa propia e invitación de la fallecida, y ambas (con el empujoncito de Georgina, que ha sido el hilo central de todo embrollo) tratan de averiguar el por qué de las decisiones de Carol respecto a la familia oculta. El mejor para resolverlo todo es el padre de Serena, que llega en el momento justo a dar sus condolencias a su  ex-mujer y, sorprendentemente, a leer el testamento de Cece (el mundo es un pañuelo), que resulta haberle dejado todo a Ivy (conscientemente, no a Charlie, a Ivy, Ivy Dickens). Ésta, viendo su nueva posición y contando con sus pertenencias, echa a Rufus y Lily, ahora el apartamento es suyo, así como la riqueza Rhodes. Que tiemble Manhattan. Carol no está dispuesta a irse con las manos vacías, y habla con William, a quien, tras casi 20 años, confiesa que es el padre de su hija. Como ya he dicho, el mundo es un pañuelo, y a veces viene muy bien para hacer chantajes.

Esto es el Upper East Side, y lo echábamos de menos. Por cierto, Georgina deja el papel de Gossip Girl en manos de Serena, ¿aceptará? ¿Será la nueva Gossip Girl? ¿Volverá la verdadera Gossip Girl en algún momento a reclamar su trono? Yo lo estoy deseando, porque puede ser el fin del mundo. Bueno, entonces como muy tarde será en Diciembre (y como pronto Abril, que es cuando vuelve esta serie a nuestras pantallas).

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