Después de capítulos y capítulos totalmente insulsos, por fin nuestras plegarias han sido escuchadas. Quitando la trama Dair, que aburría a las ovejas de una manera espectacular (por lo menos ha servido de marco de lo demás), el resto del capítulo ha sido, por fin, bueno. O si no bueno, por lo menos llevadero y entretenido como solía serlo. En definitiva: interesante. Aún así milagros no podíamos esperarnos y las audiencias han sido las habituales, bajas (un modesto 0.6/2), pero es lo normal.
Los celos de Serena ante la nueva popularidad de Lola en los medios son cada vez más notables, y más cuando no para de recibir mensajes en la cuenta de Gossip Girl pidiendo más noticias sobre la susodicha. Mientras, ésta aprovecha su recién estrenada fama todo lo que puede, consiguiendo una audición como actriz con un gran director. Sin embargo, al hablar con Serena, la envidia la corroe y utiliza su poder como blogger para destruir toda posibilidad de que Lola consiga el papel. Ante las (claras) muestras de superioridad de Serena ante el tema y todo lo que rodea a Gossip Girl, su prima empieza a sospechar de ella y le cuenta su teoría sobre la identidad de Gossip Girl a Nate, quien lo ve absurdo. Pero no es Lola la única que conocerá (o creerá conocer) la identidad de la afamada chismosa, sino que un mensaje de la verdadera Gossip Girl incitará a Diana a ayudarla para recuperar su página (o su secreto se aireará), ya que Serena parece haberla cogido con ganas.
Dicho secreto no es otro que su identidad como la verdadera madre de Chuck, secreto a voces, ya que cualquiera de nosotros (yo al menos) ya lo sospechaba desde hacía tiempo; pero una confirmación siempre es bien recibida, y más si viene cargada de polémica, y es que en un intento por descubrir que Serena es Gossip Girl, Lola las graba a ella y a Diana hablando sobre el tema y es publicado en la web automáticamente en medio de una fiesta que Dan y Blair daban (su primera fiesta oficial como pareja, bla bla bla, un rollo sin importancia). Presenciamos así el incómodo momento del primer confrontamiento madre-hijo y la posterior charla entre ambos en la que Diana le explica toda la historia, una buena oportunidad para ver a Chuck de nuevo, que llevaba unos capítulos haciendo el papel de Nate: florero.
Tras, sin quererlo, arruinar la vida de Chuck, Lola no es capaz de exponer a Serena ante Nate para no herir a más gente en la misma noche, pero lo que sí decide es dejar el Upper East Side. Quiere drama, pero en el escenario, no fuera de él. Y la hipócrita de su prima tiene las narices de decirle que un poco de adversidad puede beneficiarla... de verdad, Serena no para de ganar puntos para ser odiada, pero en fin. Tras esto, Nate vuelve a estar disponible, y Diana está más que interesada., ¿cómo le sentará a Chuck que su madre se acueste con su mejor amigo (otra vez) delante de sus narices? UGH.
Mientras todo esto ocurre, Rufus y Lily parece van a empezar una nueva vida juntos, creando un mundo intermedio para los dos, sin que ninguno deba adaptarse al del otro (cosa con la que Dan y Blair también han de lidiar), sin embargo cuando todo parece solucionarse, la llamada de la discordia echará las cosas a perder. Rufus ha estado pagándole un hotel a Ivy y es algo que Lily no puede permitir...¡con su dinero, santo Dios! ¿Será el fin de la pareja más estable y veterana de la serie? Las tarjetas sin fondos de Rufus parecen decirnos que sí.
Y por cierto, el secreto de Diana al que Gossip Girl se refería no era ese, ¿qué más esconderá la despampanante madre de Chuck? Espero que sea algo bueno y no otra trama insulsa, que no va a pasar nada porque la serie vuelva a ser entretenida, ¿verdad?
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