Poco a poco se va acercando el momento que ningún seriéfilo quiere que llegue: el fin de la temporada. Las series tienen que ir dejando preguntas al aire para que el final de temporada nos explique cada uno de los interrogantes creados, además de proporcionarnos un cliffhanger que nos mantendrá varios meses con un nudo en la garganta. Este episodio ha estado bastante bien, en su línea de siempre, pero hay que ser realistas: si ha estado tan bien, ha sido por la trama Cristina/Owen. ¿Qué sucederá con este matrimonio?¿que Mark se haya convertido en jefe, es algo que durará mucho?¿la relación entre Meredith y su mejor amiga se verá estancada?¿quiénes aprobarán y quiénes no aprobarán los exámenes?
Aunque sea
una serie de tema médico, sabemos que en realidad se centran en sus vidas
personales, así que empezaremos por los temas médicos que son más efímeros. En
este episodio hay 2 pacientes, uno de ellos ya es anciano pero tiene una
malformación del intestino que con el tiempo ha provocado que necesite un
trasplante de varios órganos. Más adelante hablaremos del problema que le
ocasionará al jefe de residentes dicha intervención. Por otro lado, tenemos
otro paciente con artritis a una edad demasiado temprana y necesita cirugía
urgente. Aunque ambos pacientes hayan tenido algún que otro problema en sus
intervenciones (la negatividad de Mark en uno, y el tiempo a contrarreloj del
otro), ambos salen con éxito. En cuanto al tema personal, Teddy quiere seguir
adelante con su vida y queda con Callie, Arizona y Miranda para una noche de
chicas, la cual todas parecen querer escabullirse hasta que se dan cuenta de
que Teddy lo necesita.
Por otro
lado, como ya sabemos, los exámenes más importantes de la carrera de los chicos
se van acercando. La única que realmente está preparada es Meredith gracias a
la ayuda que Callie le ha proporcionado, así que el resto se desviven por
estudiar. Ante la desesperación de los chicos, a Alex se le ocurre una idea que
todos aprovecharán, que es utilizar la memoria (o mejor dicho abusar) del don
de Lexie, que es la memoria fotográfica. Por otro lado, Owen ni Cristina se
presentan a trabajar por ‘tener la gripe’, así que Owen encarga a Mark que
ocupe su puesto de jefe de residentes. Al ser cirujano plástico, quiere que
todo salga perfecto, y por eso niega la operación al primer paciente por localizar
un posible tumor en sus nuevos órganos, y exige a Derek lo máximo posible para
su operación con el segundo paciente. Richard se ocupa de demostrarle los
problemas morales que conllevan la perfección, y Derek se entera más tarde por
manos de Owen que en realidad encargó a Derek o a Richard para su puesto y no a
Mark.
Y por
último, lo que en realidad ha protagonizado el episodio ha sido la trama del
matrimonio que tiene más peligro de la serie. Ambos, Cristina y Owen, han puesto la excusa de
tener la gripe para no ir a trabajar y hablar de lo sucedido. Es normal que
Owen se niegue a contarle lo que pasó para no herirla, pero la razón la tiene
Cristina cuando le recuerda que tiene el derecho de saber qué pasó realmente.
Resulta que el día siguiente a terminar la terapia de parejas, conoció a la
amiga de un paciente y tras tomar un par de copas se acostaron. Además de esa
bomba dañina, Cristina se entera de algo peor; Owen lo hizo para hacerla daño
por haber abortado. Cristina, evidentemente, toma la decisión de que Owen se
vaya de casa, y en vez de gastar lágrimas en él, decide acudir a Meredith para
que le ayude con los exámenes al igual que el resto.
COMENTARIOS