¿Alguien se ha preguntado alguna vez por quéThe CW nunca ha recibido ni una nominación importante a algún premio de mayor importancia? Con eso, me refiero a los Emmy's y los Golden Globes. Pues la respuesta es simple, no lo merece. Sin embargo, cuando el Internet explota, es cierto que los comentarios no son siempre los más racionales, pero hace poco leí que Maggie Q, protagonista de Nikita, debería estar nominada a un Emmy, por su excelente actuación en Wrath. El que ha visto el episodio, me dará toda la razón. Lástima que sus audiencias sean tan bajas.
Con una serie que nunca defrauda, obtuvimos un capítulo intenso, y llegó a convertirse en uno de los mejores de la temporada. No tuvo las explosiones y tiroteos a las que nos tienen acostumbrados, pero el desarrollo emocional de los personajes, y un descubrimiento perturbador acerca de nuestra heroína, bastó. En una serie de flashbacks, volvimos a ver a Nikita mientras trabajaba para la División años trás. Fue forzada a mantener un affair con un traficante de armas, y tras enviarlo a prisión por cinco años, el malhechor logró escapar para adquirir su venganza contra aquella que le causó tanto sufrimiento. Además, gracias a Percy, la senadora Madeleine Pierce está muerta. ¿Alguien lo vio venir?
Además de la declaración de amor entre Nikita y Michael, y la tortura emocional por parte de Brant (la tortura física no funciona en ella), obtuvimos un poco de Alex y Sean. Aunque deambulen de segundo plano, la situación que nos plentearon fue muy profunda y convincente. A ellos también les hace falta un respiro. Wrath fue un episodio que rozó lo perfecto, desnudó el alma de Nikki, y nos demostró su lado más oscuro al estilo Stefan. Percy y Nikita están a un paso de verse las fauces, y reclamar de una vez por todas, su territorio. Por más que nos duela aceptarlo, el final podría estar cerca, y tendremos otros cuatro capítulos para delirar de emoción, antes que nos sea arrebatada una de las mejores series de la televisión.
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