Este último
episodio me ha decepcionado bastante, pero no en el sentido de ‘me esperaba
algo más’, sino que me ha aburrido lo que no está escrito. Y si encima le
sumamos que sólo quedan dos episodios para el final de temporada, la cosa
empeora. ¿Qué pensáis de la nueva identidad de Alaric? ¿y de la vuelta de
Esther? ¿y que Elena vuelva a querer centrarse en Stefan?. Realmente no quiero
opinar sobre este episodio porque sabiendo que quedan dos semanas, no quiero
tirar por la borda toda la temporada.
Esther ha
vuelto y si pensábamos que su idea de matar a los originales había acabado, no
estábamos más equivocados. Esther va a utilizar a Alaric para cumplir su
objetivo, para empezar para que ella pueda volver a su cuerpo, un caza vampiros
tiene que clavarle a su cuerpo actual (el de Rebekah) la daga con las cenizas
del roble. Una vez recuperado su cuerpo, pone en marcha su plan, el cual
consiste en dos cosas: una, crear un arma mortal e indestructible contra
vampiros; y dos, crear a otro ser que su odio hacia los vampiros le permita
acabar con la raza vampírica.
Mientras
tanto, ha llegado la hora del baile que Caroline lleva preparando varias
semanas. Baile al que acuden todos, sin saber que Esther les tiene preparada
una trampa: mediante un hechizo, todo no-muerto se quedará atrapado en el
recinto, para que pueda llevar a cabo su plan sin interrupciones. Elena decide
ir al baile con su ex, Stefan, cosa que da confianza al vampiro porque eso
significa que se ha decantado por él y puede que vuelvan a estar juntos. Por
otro lado, Tyler cada vez odia más a su creador, hasta el punto de querer hacer
que desaparezca y sobretodo movido por los celos de que pueda sentir algo por
Caroline. Y por último, Bonnie (lo siento, pero cada vez me cae peor) no sólo
sigue insoportablemente hostil hacia los vampiros (menos hacia Caroline), sino
que ahora ha dado carpetazo a Jeremy y empieza a haber algo entre ella y Jamie.
Para crear
el arma especial, con el consentimiento del alter ego de Alaric, funde su
anillo mágico y con magia lo esparce por la última estaca existente. Cada vez
que Alaric dejaba salir su alter ego, Esther (antes de que los Salvatore le liberasen)
en su forma espiritual le incrementaba su odio por los vampiros. Entonces,
utilizará ese odio y un poco de sangre de Elena para que Alaric empiece su
transición a lo que más odia: un vampiro. Pero no un vampiro cualquiera, uno
creado por Esther y que no le afecta la muerte de los originales (tipo el mítico Blade). Lo malo es
que en el último momento el verdadero Alaric se arrepiente y decide no
completar la transición, pero no sin antes apuñalar a Esther. Con lo que no
cuenta, es que el espíritu de la bruja poseerá a Bonnie para ofrecerle su
sangre y terminar con la transición. Klaus, que comprensiblemente está harto de
que su madre intente matarles, encierra al cuerpo de su madre en un ataúd y le
reta a que siga intentando matarles, porque siempre han sobrevivido y siempre
lo harán.
Concuerdo. Desde que Kevin Williamson se fué, la temporada ha ido de mal en peor con la mimsa porquería de siempre. Y alguna vez TVD fue una de las mejores series de la televisión. Sin embargo, eso le pasa a todas las series. COnforme pasa el tiempo, la calidad baja: Glee, The Big Bang Theory, GG, House, Grey's Anatomy, HIMYM y la lista no termina.
ResponderEliminarEl caso es que este último episodio parece haberse hecho sin ganas, como de relleno. A estas alturas de la temporada no deberían de permitirse ese lujo.
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