All Hail the King.
Poco importan, con todo el respeto que merecen, otras grandes series veraniegas como Damages, True Blood o la recientemente estrenada The Newsroom si Breaking Bad ha vuelto a la carga. Porque, al igual que Walter White, la serie de AMC ha regresado para recuperar el trono que le pertenece por derecho. Breaking Bad nos ha llevado hasta el mismo infierno durante sus cuatro temporadas y ahora ha llegado el momento de despedirse. Queramos o no, Heisenberg nos va a mostrar su faceta más oscura y será mejor que estemos preparados porque va a hacer saltar todas las alarmas.
¿Preparados?
El futuro
Breaking Bad no nos ha acostumbrado a grandes movimientos temporales, así que el que el comienzo de este primer episodio comience en el futuro, con un flashforward un tanto confuso, nos ha sorprendido bastante. No sabemos exactamente en qué momento podremos volver a ver a Walter con pelo sobre su cabeza, pero esta primera escena parece situarse justo antes de un gran momento de clímax. Con una nueva identidad —y nuevas gafas—, parece que Walter se preparará para una dura batalla en la que tendrá que hacer uso de armas de gran calibre que le ha proporcionado Lawson (Jim Beaver). ¿Contra quién tendrá que luchar? ¿o contra quiénes? ¿veremos algo más de este futuro antes de que llegue?
Y, que no se nos pase por alto, Walter está tomando unas pastillas. ¿Regresará su cáncer? ¿se ejercerá la justicia divina?
Si bien es cierto que establecer un límite temporal a las posibilidades de esta quinta temporada de Breaking Bad resulta algo desesperanzador y muy incómodo, creo que también es acertado exponer cuál va a ser el futuro de nuestro antihéroe y hacia dónde va todo esto. La cuestión, sin duda, es el cómo.
Magnets!
Como si nos hiciera falta ponernos a tono con el flashforward anterior para saber que Breaking Bad nos aguarda grandes cosas. Y si bien ese incierto futuro ni siquiera llega a comenzar a dibujarse en este episodio inicial, sí que se plantean los primeros conflictos de Walter después de haberse librado de una vez por todas de Gus Fring: tiene tantos frentes abiertos que a pesar de todas preocupaciones, nuestro químico tendrá que dar algún paso en falso en algún momento. La investigación policial de Hank, el rencor de Mike, la situación de Beneke —¡sigue vivo!—, la incertidumbre de Saul Goodman y, sobre todo, la posibilidad de que Jesse Pinkman descubra toda la verdad. El juego de las adivinanzas, uno de los trucos mágicos de Breaking Bad, se pone en marcha con más potencia que nunca y tan solo tendremos que esperar a que algún eslabón de la cadena del terror de Heisenberg acabe por romperse. ¿Apuestas?
Por el momento, parece que Jesse parece convencido de que colaborar con Walter es la solución más sensata, e incluso le ayuda a convencer a Mike de que pueden librarse de la justicia jugando con inteligencia, en lugar de huir lo más lejos posibles como requiere el antiguo asistente de Fring. Precisamente, es el joven Pinkman el que les da la salida a su preocupante situación: la policía está en posesión del portátil de Fring con todas las grabaciones del destrozado laboratorio donde estos tres "colegas" trabajaron juntos durante meses, cuya revelación les pondría inmediatamente en el punto de mira. Así, mientras Mike y Walter siguen echándose en cara su propia situación —ésta quizás sea la primera falla de Heisenberg— el chico sale con la idea de utilizar el poder del magnetismo para destrozar la peligrosa evidencia.
Obviamente, Breaking Bad siempre ha salido adelante con ciertos trucos "científicos" como éste, y lo extraño es que la idea haya sido de Pinkman y no de Walter, aunque éste dé su aprobación mientras Mike está ahí para señalar lo estúpido que es su plan. Así, los tres recurren a Old Joe (Larry Hankin), el propietario del vertedero que ya les ayudó anteriormente, y les provee de una caravana —simbólico, totalmente— donde llevar los imanes. Algunos expertos creen que este misterioso personaje tendrá mucho que decir en esta temporada —principalmente por el póster de la Comic-Con— pero por el momento tan solo parece que ha aparecido para echar una mano.
Sea como fuere, la escena en la que consiguen cargarse la sala de evidencias de la policía, y con ello el ordenador portátil, ha sido terriblemente intensa y divertida, perfecta para un inicio de temporada de excepción. Como siempre, Walter y Jesse acaban metiendo la pata en el último momento, pero consiguen escapar. No obstante, al destrozar un marco de fotos de Fring guardado como evidencia los policías descubren la dirección de una cuenta en las Islas Caimán del señor de los Pollos que seguro también les traerá problemas. ¿Tendrá Walter a Hank más cerca de lo que cree?
Yo te perdono
La ambición de Walter White es la que nos ha traído aquí, pero creo que ha habido un enorme cambio en lo que respecta al personaje. Desde que formulara el "I won" parece haber cambiado totalmente su perspectiva de lo que quiere conseguir y cómo conseguirlo. Sigue pareciendo inseguro en sus actos pero al menos sus palabras ya no le traicionan; no trata de demostrar empíricamente su verdad sino de imponerla con mano dura, como vemos que hace con Saul, Mike y Skyler. Walter es Heisenberg y piensa tener al mundo sometido a sus pies.
Ya sabemos de lo que es capaz y, por si todavía teníamos dudas, basta ver a Walter en acción para saber que todo escrúpulo que pudiera haber tenido ha desaparecido. Cree que tiene el poder y la verdad en la mano y no duda en ejercer su autoridad. La cuestión está en el límite que tendrá Walter para salirse con la suya y a quién aplastará para lograrlo: ¿será capaz de perder a su familia, aquélla por la que supuestamente comenzó todo esto? ¿acabará esta lucha con él?
Sin duda, el nuevo baremo moral de Walter se muestra, como hemos dicho, en tres grandes momentos del episodio: cuando le dice a Saul que "esto se acaba cuando yo diga que se ha acabado", cuando le dice a Mike que tiene razón "porque lo digo yo" y, especialmente, la gota de colma el vaso, cuando es capaz de decirle a Skyler "yo te perdono", después de todo lo que ha sucedido. Qué grande es Walter, qué grande es Bryan Cranston, y no puedo esperar a ver su definitivo descenso a los infiernos porque va a ser épico.
Feliz temporada, bitches!
Ese "I forgive you" ha sido más duro que ver a Fring con media cara volada. Qué santos huevos de decirle eso a su mujer! Desde luego cualquier ápice que quedara de Walter ha muerto definitivamente después de esa bomba. A pesar de todo lo que ha hecho durante estas cuatro temporadas, esta frase es la primera que me ha despertado auténtico desprecio por Heisenberg. Pero espero que no sea Hank quién lo hunda en la miseria, sino Skyler o Jesse. Capitulazo, actorazos, guión excelente que demuestra desde el minuto cero que Vaughan tiene esto cuadradísimo, por lo tanto nos espera un final de esos de aplauso. All hail the king!
ResponderEliminarHe dicho Vaughan por un cortocircuito mental. Quería decir Gilligan.
ResponderEliminarWalt los tiene cuadrados para decir eso. La cara de Skyler es un poema pero se nota que le tiene un miedo que ni se lo cree. Yo también quiero que sean ella o Jesse las que acaben con Walter... ¿juntos? No estaría mal.
ResponderEliminarPues lo del miedo seguramente la hará más dura. El momento con Beneke me ha parecido bastante importante. Ese frío OK después de que Beneke implore por su vida (la mísera vida que le queda) me dan a entender que podemos estar ante el despertar de otra perra más en esta serie llena de despojos humanos. O, como tú dices, puede que sólo intente sobrevivir.
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