La temporada televisiva ha empezado con fuerza en el Reino Unido —basta echarle un vistazo al cargado calendario inglés— y por vez primera se puede decir con rotundidad que la oferta británica supera este año a la americana, al menos a primera vista. No obstante, junto a estrenos totalmente llamativos —ayer mismo se estrenaba la suculenta Parade's End en la BBC— conviven series que pasarán sin pena ni gloria por la parrilla inglesa. El caso más reciente posiblemente sea el de Gates, serie que se estrenó el pasado 14 de agosto en Sky Living (Bedlam) y que, aunque no deja de estar a la altura de las expectativas, no parece que vaya a ser ningún exitazo, principalmente porque no cumple los requisitos.
Gates es una comedia creada por Laurence Bowen (Suburban Shootout), Andrew Collins (Not Going Out), Richard Preddy (Green Wing), Dan Sefton (Born and Bred) y Abigail Wilson (Jam & Jesusalem), que demuestran que para obtener una buena idea no hace necesariamente falta trabajar en equipo. Su premisa es simple: unos padres llevan a su hija a un nuevo colegio y tienen que lidiar con el resto de padres que están dispuestos a hacerles la vida imposible. Por esa definición, como se puede ver, Gates podría haber sido creada para la estadounidense ABC; de hecho, tiene un tono similar al de Suburgatory aunque sin duda le falta ese toque gamberro que catacteriza a la serie americana, que sin duda le hubiera venido estupendamente a esta propuesta.
Destaca en ella un reparto bastante conocido en el que se encuentran Tom Ellis (Miranda) y Joanna Page (Love Actually) como Mark y Helen Pearson, los novatos padres de Chloe (Mari Ann Bull). En el nuevo colegio, se tendrán que ver las caras con personajes tan particulares como la pesada Mia (Ella Kenion) o la inocente Sarah (Catherine Shepherd), que son las dos principales pesadillas de los Pearson; o el personal del colegio como el señor Gould (William Andrews) o la profesora Hunter (Sue Johnston, Waking the Dead). Sin duda, con padres y demás personajes como los del nuevo colegio, la vida de los Pearson da un vuelco.
Esta serie familiar, destinada especialmente a esos padres que tienen que mostrar su sonrisa más falsa en la puerta del colegio de sus hijos —de ahí lo de "gates"—, consigue sacarle potencial a ese momento conflictivo que en la vida real tiene lugar tan solo cinco minutos a la entrada y la salida de los niños del colegio, pero al mismo tiempo que un espectador que cumpla los requisitos de su target podría disfrutarla como se merece, personalmente no ha cumplido su objetivo a pesar de que tiene algún puntazo bien divertido como la pesada madre australiana o la profesora con resaca. Se dice que podría ser la nueva Outnumbered pero lo que veo de momento es un potencial muy mal enfocado; veremos si consigue tomar una buena dirección en el resto de la temporada.
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