Last Resort, cuando el honor hace aguas

Los dramas de ABC, temporada tras temporada demuestran que triunfan o se hunden. No tienen término medio. Last Resort supone la apuesta más arriesgada del canal con un drama bélico lleno de secretos, conspiraciones y bellos paisajes. La mano detrás de tan ambiciosa creación no es otra que la de Shawn Ryan (The Shield, The Chicago Code) famoso por la brevedad de sus últimos trabajos en antena. Eso sí, todos de una calidad exquisita.

Nos encontramos en el USS Colorado, un submarino estadounidense armado con misiles nucleares y capitaneado por Marcus Chaplin (Andre Braugher, convincente durante todo el piloto) junto a su segundo al mando el XO Sam Kendal (Scott Speedman). La vida de su tripulación transcurre con normalidad hasta un día en que tras rescatar un grupo de soldados heridos, reciben la orden disparar contra tierras paquistaníes. La orden proviene de un canal de emergencia secundario que indica que Washington ha caído, pero nada parece haber cambiado en su tierra patria. Al buscar una confirmación del gobierno de los EE.UU, son atacados por su propio país. La única esperanza reside en una paradisíaca isla. 

En tierra firme conocemos a Kylie Sinclair (Autumn Reeser) una ingeniera encargada de parte de la tecnología del USS Colorado. Tras descubrir que su submarino ha sido atacado por fuego amigo, acude al Almirante Arthur Shepard acusándolo de hundir la nave en la que viaja su propia hija. La conspiración alcanza cotas inesperadas cuando descubrimos que los altos cargos del gobierno ni siquiera son conscientes de todos los detalles del ataque.

Los primeros minutos del piloto donde se intenta plasmar la cotidianidad de vivir en un submarino militar son los más flojos del episodio. Cuando el conflicto arranca vemos mucho más cómodos a los actores ya que sus personajes perfilan emociones más concretas. Podemos decir que esta serie crea una historia alrededor de la fricción entre las ansias de poder. Tenemos luchas por el poder internas entre la tripulación (por sexo y rango), con los militares que acogen, con los habitantes de la isla y con el gobierno en sí. Un primer episodio no permite el desarrollo correcto de todas estas tramas, pero abren numerosas puertas que esperemos sepan cruzar.

Uno de los grandes riesgos que corre la serie (sin contar que parte en una franja maldita para su canal) es el gran número de rostros desconocidos. Entre los personajes hay actores consagrados de la altura de Bruce Davison o Robert Patrick pero también se da pie a nuevas generaciones.  Daisy Betts, que interpreta a la teniente Grace Shepard, es uno de estos descubrimientos. Su personaje termina siendo uno de los más interesantes por sus acciones y relaciones familiares.

Hasta el momento no tiemblo al nombrarlo el mejor piloto de la temporada, pero esto no es un halago en toda regla. La falta de pilotos brillantes hace que las pequeñas virtudes que tiene el primer episodio de Last Resort luzcan mucho más de lo que en realidad son. Veremos como sigue esta complicada trama y si consigue encontrar su hueco en la parrilla televisiva. Los antecedentes la colocan como una de las primeras en caer. Ahora es turno del espectador decidir si quiere comenzar un viaje de buenas sensaciones incluso sabiendo que es probable que la nave se hunda en medio del océano. ¿Os convence la trama? ¿Cómo creéis que pueden seguir los hechos? ¿Creéis que será cancelada?