Con el regreso de dos personajes favoritos de la audiencia (aunque su audiencia televisiva no haya mejorado), se armó el mejor episodio de la temporada hasta ahora. Con un ritmo imparable, y escenas de acción apropiadas que no veíamos desde sus primeras temporadas, se sintió cómo el juego realmente había empezado. Aunque en esta semana, el foco fue ubicado sobre Owen y su regreso misterioso, Amanda fue quien se robó capítulo. ¿Quien sabe qué planea a estas alturas?
Nuevamente, la nueva División fue tambaleada desde las bases de su precario objetivo. El plan original era mantener la organización en pie para ayudar a los agentes, pero hasta el momento ninguno ha llegado con vida al hogar. Todos confían en Nikita, pero Amanda continúa moviendo las piezas del tablero como le place y nadie se da cuenta. Incluso, como lo notó Birkhoff, es posible que Amanda tenga un agente dentro de la División y esto puede ser el origen de muchos problemas.
Por otro lado, descubrimos que Amanda no solo tiene un plan secreto con la División, sino con Owen. Éste por su parte, está determinado a descubrir su pasado y unir las piezas que lo destruyeron. Si Owen se queda ayudando al equipo, espero que obtenga sus respuesta. Al menos sabemos que Owen no es Owen, sino Sam, un soldado que perdió el control durante la guerra antes de convertirse en guardián.
El terreno amoroso también fue explorado y no me refiero a Nikita y Michael que aún festejan su compromiso. Sean empieza a mostrarse reacio con su estadía en la División, y con Alex por extensión. Parecía que no iban hacia ningún lado, pero por fin Sean le dijo que la amaba. No sé qué planea Alex, pero su breve re-introducción al mundo de los analgésicos es intrigante. Ya se decía que iría por un camino oscuro mientras la temporada continúa. Birkhoff y Sonya también abordaron el tema de su relación inconclusa, pero no nos dieron mucho de que hablar.
Así terminó un episodio altamente adictivo que pasó volando. Lo tendré que ver otra vez para repasar los pequeños detalles que dejé escapar. Y hablando de ello, ¿no fue increíble la táctica de Amanda con su pequeña arma química? Hubiera exterminado a la División en un santiamén. Sin embargo, aunque me encanta su antagonismo, espero que quemen a la casa de la bruja antes que se extienda el cuento.
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