¿Perdonar o no perdonar? He ahí la cuestión. Con una Emanda más humana que nunca y uno de los reencuentros más épicos de la televisión actual, esta semana Revenge pone la guinda al pastel, aunque no descartamos que el pastel aún no esté del todo terminado, porque...TELA. Aunque no ha sido un capítulo como los anteriores, de escena de acción en escena de acción, las conspiraciones se respiran junto al oxígeno del aire, y eso nos encanta.
Con Kara en escena, su ubicación y sus planes eran las mayores incógnitas alrededor de su persona. Aunque sus planes aún son todo un misterio —como las intenciones de todo personaje en esta serie, realmente—, su ubicación no puede ser más sorprendente. Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca, tanto Victoria como Kara lo saben, y tras un reencuentro con tijeras de podar incluidas y una cara menos expresiva de lo normal —y ya es decir—, Kara se convertirá en la huésped de honor de la mansión Grayson, donde las dos grandes matriarcas podrán vigilarse mutuamente tras las fachadas de amabilidad más que evidentes que muestran al público. Conrad, que empieza a quitarle el puesto a su ex y futura mujer en cuanto a máster del "bitcherío", ve su oportunidad para beneficiarse y no la deja escapar, asegurándose su inocencia en el caso Clarke con el "no testimonio" de Victoria.
Aprendiendo de los mejores, Daniel sigue adentrándose en el lado oscuro, esta vez de mano de Aiden, que haciendo de representante de Takeda se adentrará en lo más hondo de Grayson Global y, como todo personaje de Revenge, verá su oportunidad de sacar provecho tras un rechazo de Emily. NolCorp peligra con la investigación privada de Padma que hará que Nolan empiece a dudar de su nueva acompañante de desayunos playeros de etiqueta y vea las orejas al lobo, que mucho recreo y nada de trabajo pueden pasar factura.
La milagrosa recuperación de Amanda y su bebé serán el eje central del capítulo, ya que gracias a esto Mason Treadwell, el eterno secundario cotilla y omnipresente aparecerá en escena para sentar las bases del siguiente conflicto. La espalda de la falsa Amanda le dará la pista que necesitaba para desenmascararla, dejándola sin argumentos al acusarla de no ser quien dice ser. La pregunta es, ¿compartirá esta información con alguien más? ¿Cuanto tiempo más logrará Emily permanecer oculta? La visita de Kara a su "hija" también era inevitable, y en un momento emotivo en el que suplica el perdón con Emily espiando tras la puerta muerta de dolor, Amanda se toma la libertad de perdonar a la loca de su madre sin pensar siquiera en su seguridad o la de su bebé, y, mucho menos, en lo que pudiera pensar Emily, que total, ella es Amanda Clarke, ¿pero por cuánto tiempo?
Paralelamente a todo esto nos encontramos con los Porter, que mientras disfrutan de la paternidad a semi-distancia, ven sus problemas alejarse al vender el bar sin problemas —y por supuesto sin ver el engaño— y disfrutarán con el repetido interés de Charlotte por Declan. Pero esto es una historia que poco nos importa, bastante tenemos ya.
Aprendiendo de los mejores, Daniel sigue adentrándose en el lado oscuro, esta vez de mano de Aiden, que haciendo de representante de Takeda se adentrará en lo más hondo de Grayson Global y, como todo personaje de Revenge, verá su oportunidad de sacar provecho tras un rechazo de Emily. NolCorp peligra con la investigación privada de Padma que hará que Nolan empiece a dudar de su nueva acompañante de desayunos playeros de etiqueta y vea las orejas al lobo, que mucho recreo y nada de trabajo pueden pasar factura.
La milagrosa recuperación de Amanda y su bebé serán el eje central del capítulo, ya que gracias a esto Mason Treadwell, el eterno secundario cotilla y omnipresente aparecerá en escena para sentar las bases del siguiente conflicto. La espalda de la falsa Amanda le dará la pista que necesitaba para desenmascararla, dejándola sin argumentos al acusarla de no ser quien dice ser. La pregunta es, ¿compartirá esta información con alguien más? ¿Cuanto tiempo más logrará Emily permanecer oculta? La visita de Kara a su "hija" también era inevitable, y en un momento emotivo en el que suplica el perdón con Emily espiando tras la puerta muerta de dolor, Amanda se toma la libertad de perdonar a la loca de su madre sin pensar siquiera en su seguridad o la de su bebé, y, mucho menos, en lo que pudiera pensar Emily, que total, ella es Amanda Clarke, ¿pero por cuánto tiempo?
Paralelamente a todo esto nos encontramos con los Porter, que mientras disfrutan de la paternidad a semi-distancia, ven sus problemas alejarse al vender el bar sin problemas —y por supuesto sin ver el engaño— y disfrutarán con el repetido interés de Charlotte por Declan. Pero esto es una historia que poco nos importa, bastante tenemos ya.
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