Hemos caído en la trampa como chinos. Nos han hecho esperar dos semanas esperando ver el desenlace de tramas que tiras un poco más y te explotan en la cara y nos vienen con esto. Siempre es bueno conocer el pasado de los protagonistas, se descubren matices que de otro modo no llegaríamos a comprender, pero sinceramente, para hacer esto, ahórratelo. Esta semana tenemos un capítulo de relleno porque les faltaba historia antes del parón de navidades, en el que nos anclamos en 2006 para ver el peculiar día de Acción de Gracias de todos y cada uno de los personajes de Revenge —menos Charlotte y Declan, que por lo menos han caído en la cuenta de que esos actores no colaban hace 6 años—.
La trama de los Porter cae por su propio peso. Nos enseñan el por qué de la venganza que planean los hermanos ricachones, algo así como una mini-vendetta a lo Emanda, con mafias de por medio y pringados como objetivo. Tanto el padre como el hijo, de tal palo tal astilla.
Vemos también el primer —casi— encuentro entre Emily y Ashley, que podría haber sido interesante, pero tras una escena, la inglesa desaparece con el dinero de su futura amiga —a quien no reconoce por su voz después— a forjarse una vida mejor. Por razones que no llego a comprender, el entrenamiento de Emily con Takeda nº2 se desvía hacia una misión complementaria. ¿Por qué? Ni idea; pensé que lo suyo era algo personal, no que trabajara como espía. Una pena que no se les haya ocurrido nada mejor para juntarla con Aiden. Porque claro, este alto en su entrenamiento le lleva a un club donde debe capturar y desenmascarar a unos traficantes de mujeres rusos —Dimitri, el Pepe de Rusia, si ya lo dije yo aquí— en el cual Aiden trabaja como camarero a la espera de poder matar a Dimitri, responsable de la desaparición de su hermana. Los sentimientos de Emily se han interpuesto en su camino desde el principio como bien sabemos, y gracias a ella Takeda acepta a Aiden como pupilo, comenzando así su historia. Historia que está más viva que nunca, ahora que son tan felices juntos. Emanda, yo que tú no enseñaría la caja tan a la ligera, que nunca se sabe y yo de este pájaro no me fío un pelo.
Para introducirnos al personaje de Marco Romero (E.J. Bonilla, The Guiding Light) vamos al lado de Nolan, que con Nolcorp a punto de salir al mercado y feliz junto a su contable y amante —el susodicho Marco—, ve cómo una romántica noche de Acción de Gracias se torna negra cuando le confiesa que la fortuna que tenía en su cuenta en las Caimán ha ido a parar a la hija de David Clarke. Adiós empleado, adiós amante, y, seis años después, hola enemigo. La investigación de Daniel le lleva hasta Romero, que a altas horas de la madrugada, gustosamente contesta sus preguntas sobre Nolcorp. ¿Será el fin de Nolan?
Y dejamos el plato fuerte para el postre. En un capítulo aburrido hasta la saciedad que nada aporta, lo único que puede salvarse es lo que tenga que ver con Victoria. Larga vida a la reina... y a su madre —que podría ser su hermana—. No es la primera vez en esta review que digo que de tal palo tal astilla, pero es que no hay expresión que mejor defina la situación.
Innegable similitud entre esta situación y la de Regina/Cora en Once Upon A Time —un poquito de ojo señores, que las dos series van seguidas—, vemos cómo Victoria no siempre fue la mala, que también fue la víctima, y que la satisfacción por la venganza no disminuye por muchos años que pasen. Da igual gastarse una fortuna en contratar a un madurito de buen ver para seducir a tu madre siempre y cuando puedas ver en directo cómo se queda en la nada. Flashback dentro de flaskback (Inception total), 35 años antes —2006 - 35 -15 = 1956 ¡Le han puesto a Victoria más años de los que tiene Madeleine Stowe!— una joven Victoria de 15 años se ve culpable de un asesinato, condenada, abusada y repudiada sin poder defenderse de su malvada madre (Adrienne Barbeau, Carnivàle), a la que deja en las mismas condiciones en cuanto puede, Acción de Gracias de 2006.
Esperemos que la semana que viene la cosa pinte mejor, porque el mínimo de audiencia de esta semana es más que comprensible. ¡Levantad eso, que vosotros podéis hacerlo mejor!
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Pues a mí sí que me ha gustado el episodio, sobretodo la trama de Victoria y su madre
ResponderEliminarCoincido con Dani, la trama de Victoria es interesante. Ahora bien, es cierto lo que comentas sobre la misión de Amanda... Esa es la parte que menos he entendido...
ResponderEliminarJAJA! Yo particularmente no sigo a la serie por su lógica... si fuera por eso la habría abandonado en el piloto. Lo imposible y ridículo de la mayoría de las tramas es lo que más me gusta de Revenge, aparte obviamente de Emanda y Victoria, diosas totales y modelos imposibles a seguir. XD !!
ResponderEliminarAyay que has sacado cuentas y todo!! jajaj pues sí que se han rayado con la edad de la reina de los Hamptons. Y comparto opinión con Dani, no sé si es que lo que veo últimamente de series no está muy allá pero sí que me ha gustado el flashback :)
ResponderEliminarA mi me dejó rallada la parte de la misión que Amanda va a salvar a Eiden y le dice que utilizaron a su padre (transportista del equipaje en los aviones) como al suyo para lo del atentado avión... ¿también guarda relación con eso?
ResponderEliminarRevenge es como una bola de nieve.... Crece y crece y crece rodando por la ladera... OMG! A ver por donde nos salen en el próximo episodio.
ResponderEliminarAshley y Aiden estuvieron a pocos metros en el bar: él como barman y ella como futura prostituta del dueño del bar. Bueno, después de 6 años es difícil para cualquiera reparar en el detalle, pero en todo caso me parece un pequeño desliz en el guión que Ashley hable tan tranquilamente con Aiden sin pensar por un momento "esta cara me parece familiar" ^_^
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