Llegamos en el musical de Ryan Murphy al parón navideño, precedido de su correspondiente especial. Los especiales navideños de Glee tienden a ser diferentes del resto de capítulos, no sólo en la temática, sino en el estilo. El año pasado tuvimos ese especial en blanco y negro, y este año han intentado versionar/parodiar/yo qué sé qué Love Actually con no muy buenos resultados.
Las mini tramas no se juntan ni cruzan en ningún momento, más allá de la actuación final, que simplemente han hecho coincidir en el tiempo con la canción, pero que nada tiene que ver con el entrelazado de historias, que también, quitando la de Marley, su madre y Sue —miento, con Britanny y Sam me he reído—, son de juzgado de guardia. Si a esto le añades que las canciones han sido más que mejorables —por favor, si no sabéis español, dejadlo, y las maracas no las saquéis del cajón—, te queda un capítulo bastante insulso que no te dan ganas ni de acabar de ver. Total, no te vas a perder nada.
What if...?
Kevin McHale está cansado de ir en silla de ruedas todo el día y lo único que pueden hacer para remediar esto es hacer que alucine, sueñe o similar. Como hace tiempo ya nos cantó levantándose de la silla en una alucinación, toca el tiempo de soñar con su vida si no hubiera tenido el accidente —con la aparición de Rory, el desaparecido—. Parece ser que Artie es el pegamento que mantiene unido al Glee Club, después de ver cómo serían las cosas, su silla le parece más atractiva que nunca.
Nueva York
Mientras Rachel se va de crucero, Kurt recibe una visita muy especial, ya que su padre viene a pasar las fiestas con él —y a darle una mala noticia, que este hombre nunca está exento de desgracias y ahora tiene cáncer— y a traerle a Blaine como regalo. Los guionistas parece que por fin se han dado cuenta de que Blaine lleva unos capítulos muy desaprovechado y han decido volver a intentar que la pareja se junte, que dan mucho más juego. A ver si es verdad, aunque la mirada de Kurt no me acaba de convencer.
El fin del mundo
En unos días se acaba el mundo, ya lo predijeron los mayas hace muchísimos años, y Brittany y Santana lo creen a pies juntillas. Tanto es así que, para dos días que les quedan, deciden casarse y pasar sus últimos momentos juntos. ¿Problema? El 22 de Diciembre todo sigue como estaba, y ellos, casados. Menos mal que la entrenadora Beiste se lo veía venir de lejos y la boda no es válida.
Medio hermanos muy unidos
Aunque la canción de Barenaked Ladies ha sido de lo mejor del capítulo musicalmente hablando —no he entendido nada, pero entretenida es un rato—, la trama de los hermanos que se quieren y unen a sus madres por su odio común a su padre ha sobrado de una manera impresionante. Lo único bueno es que gracias a ella Puck decide quedarse en Lima, con lo que suponemos le veremos más.
Sue Noel repartiendo felicidad
En el "amigo invisible" celebrado en el McKinley, a Sue le toca hacerle un regalo a la madre de Marley, a quien espía para recabar información, enterándose de que su mala situación económica debido a los tratamientos que recibe Marley por su bulimia van a dejarles sin Navidad. Es entonces cuando el corazón de la entrenadora Sylvester sale a la luz, regalándoles una Navidad que jamás olvidarán, cosa que el Glee Club, Marley a la cabeza, recompensan con una canción en el auditorio, nada previsible, como bien apunta Sue.
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La verdad que los ha tenido mucho mejores...pero creo que la bondad de Sue (que siempre saca por estas fechas), que Puck decida quedarse y la enfermedad del padre de Kurt han sido las unicas cosas importantes del episodio...aunque esto último se veía venir cuando Kurt abre la puerta. Este episodio habría estado mejor si una de dos...o hubiesen puesto otros villancicos o si no hubiese habido cancion alguna
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