Hank empieza su rehabilitación en Happy Endings presentándose en una reunión con muy mal pie, al fin y al cabo sigue siendo el mismo chulito, pedante y resentido de siempre. En esta reunión de adictos veremos algunas caras conocidas, en especial la de Maggie Grace que interpreta a Faith, la que promete ser la próxima historia de amor, sexo y drogas del bueno de Moody.
En esta serie el que más y el que menos está un poco tocado del ala, por eso no nos sorprende ver que, (aunque fueron las precursoras de la intervención de Hank) Marcy y Karen, compañeras de piso en esta temporada, pasan el tiempo fumando hierba y colocándose mientras divagan sobre los hombres. Karen es entonces llamada para una entrevista de trabajo a la que irá completamente colocada; no obstante tendrá suerte y caerá en gracia a la entrevistadora, que no es otra que la mujer de Atticus, el rockero pirado que quiere hacer negocios con Hank. Marcy por su parte caerá de nuevo en las garras de su ex, Stu, y estará cerca de ganar el premio a mejor madre de la historia cuando su pequeño los encuentra tirados en el suelo entre vibradores y marihuana.
Runkle está dispuesto a lo que sea necesario para arrebatar a otra agencia a un gran cliente, para eso se hará pasar por gay, sensible y humano, consigue el cliente pero también se publica que ha salido del armario, parece que el agente de Moody va a entrar en un mundo completamente nuevo para él: el Hollywood homosexual.
Becca se está convirtiendo poco a poco en una joven versión de su amado padre, aunque más juiciosa, por el momento. Quiere ser escritora y vivir la vida como su papá. Eso de sexo, drogas y rock and roll, poco a poco se está metiendo en el mundo de Hank, hay algunas que no aprenden.
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