Una semana más Castle vuelve a la carga, pero con un capítulo diferente. Los guionistas parecen haber dejado de lado la trama amorosa del dúo protagonista para centrarse en Esposito. Él y Ryan están siendo de lo mejor en lo que llevamos de temporada, que por ahora ha tenido un comienzo bastante irregular sin llegar a despegar del todo. Esperemos que en esta segunda mitad nos sorprenda gratamente. Mientras tanto, tendremos que conformarnos con los divertidos momentos de la pareja de detectives.
El episodio comienza con la muerte de una DJ que solía pinchar en las más exclusivas fiestas. ¿La última? Una en la que una antigua y desgastada estrella del pop presentaba su último disco, intentando hacerle la competencia a su rival, una jovencísima artista, novata en el mundo de la música. Pero las cosas, como siempre, se complican y después de ardua investigación nuestro equipo encuentra al joven asistente de la DJ, un ladronzuelo de poca monta que parecía aprovechas las fiestas de su jefa para hacerse con un botín multimillonario.
Aquí es donde entra en acción Esposito, del que sabíamos que también había tenido un pasado complicado. Sintiéndose identificado con el chaval, intenta hacer que entre en razón y les ayude en la investigación. Pero las cosas no son fáciles para el chico, que se vio envuelto en hurtos y demás delincuencia desde una edad muy temprana. Empeñado en no hablar, Castle y compañía descubrirán que nuestra víctima y el chico compartían un "salvador" que les acogió cuando eran jóvenes y les introdujo en ese mundo.
Todo parece indicar que la DJ había sido asesinada por el que entonces fuera su jefe, y que en un intento de hacer las cosas bien y despegarse totalmente de él, intentó evitar el robo. Pero el chico fue más rápido y al final consiguió lo que le habían pedido: un móvil que funcionaba como llave de un importante centro grabación. Pero, ¿quién estaría interesado en acceder a discos inéditos y quién mataría por ello? Otro giro (empiezan a ser un poco evidentes) como remate final para este capítulo.
Finalmente, siempre se agradece ver un poco más sobre todos los personajes que crean la serie. En este caso, de nuestro querido Esposito. Hemos podido ver que debajo de esa coraza de tipo duro hay un gran corazón. Contándole la historia de su pasado al problemático chaval, y haciéndose cargo de tenerle algo amarrado ha demostrado mucho. A ver qué tal se porta lo que queda de temporada con él y con el resto de personajes.
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