Se acerca una de las fechas más románticas del año y como era de esperar, el capítulo de esta semana está adornado por un tono rosa entre nuestra pareja por excelencia, que sufrirá algunos sobresaltos durante todo el episodio. Por lo demás, volvemos a la últimamente aburrida rutina policíaca, de la que ni siquiera nos salvan Esposito y Ryan. El primero volverá a la carga con una impresionante Lannie, hecho que se venía venir. Por otro lado, el segundo, mantiene una difícil relación amorosa con su mujer, que por ahora lo tiene como esclavo sexual con el fin de quedarse embarazada lo más pronto posible.
El capítulo nos muestra las entrañas de un reality show llamado The Wives of Wall Street, que cuenta las peripecias de un grupo de mujeres ricas que no tienen nada mejor que hacer que dar el cante por televisión. Las cosas se enredarán un poco al encontrar a una de ellas, Hannah, muerta. La chica en cuestión mantenía una relación con el marido de otra de las mujeres, Penelope, para quién además trabajaba. Evidentemente, el escándalo había propiciado una pelea entre ambas chicas, dejando a Hannah en el paro y a Penelope como primera sospechosa de asesinato.
Por otro lado, la línea temporal falla en un intervalo de un día, en el que Hannah estuvo totalmente desaparecida. Gracias a Gates, que muestra una adicción insana al show en cuestión, logran averiguar que la última persona a la que visitó Hannah fue a Margo, otra de las mujeres del reality y que la había contratado con el fin de chupar cámara. Además, el hijo de Margo iba a casarse con la hija de otra de las señoras, un evento que llevaban semanas publicitando.
Asimismo, nuestra querida forense Lannie encuentra partículas de un árbol muy común de Madagascar y que se suele utilizar para decoración. De este modo, llegan a la conclusión de que Hannah estuvo retenida durante un día entero, antes de escapar. Pero al encontrar el edificio en cuestión en el que estuvo secuestrada se encuentran con algo totalmente inesperado: Penelope y su marido en la cama. Resulta que la aventura era una farsa para subir audiencia, sobre todo ante la inminente amenaza de Hannah de irse del programa.
Pero si Hannah quería salir del programa, ¿entonces quién tenía razones para matarla? Una vez más el giro (in)esperado de siempre, y que vuelve a mostrarnos una trama paralela en la que Hannah y otro protagonista del reality mantenían una relación problemática.
Por otro lado, Castle y Beckett mantienen un tira y afloja todo el capítulo con sus correspondientes románticos regalos. La simpática intención de Castle de sorprender a su amada le pondrá en un aprieto con Gates, que todavía parece no enterarse de nada. Por otro lado, Beckett se atreverá a dar un paso muy importante, cediéndole uno de sus cajones para que el escritor pueda dejar alguna de sus pertenencias en su casa. ¿Qué os está pareciendo la temporada? La verdad es que está siendo bastante aburrida, no parece terminar de arrancar ni de encaminarse hacia ninguna trama diferente. Todavía quedan 10 capítulos por delante, y esperemos que lo hagan un poquito mejor.
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