Estoy seguro de que no soy el primero que dice esto, así que lo diré sin miedo: con o sin Dan Harmon (creador y showrunner hasta la tercera temporada), Community sigue siendo la misma. No obstante, mientras algunos se apresuran a colocar a la comedia de la NBC rápidamente en el punto de mira cuando se encuentra en uno de sus momentos más difíciles, me gustaría recordarles que durante su tercera temporada, Community no era tan distinta de lo que es ahora: era irregular, divertida por momentos y entrañable en su conjunto, pero ese mágico engranaje que la alzó al estrellato especialmente en su segunda temporada ya no funcionaba tan bien. Por supuesto, hubo verdaderos capitulazos —Remedial Chaos Theory—, pero siendo realistas fueron las excepciones de la temporada.
Ahora que está de moda decir que "Community no es lo que era" siento ponerme un tanto repelente, pero a más de uno no le gustó lo que comentamos de ella cuando acabó su tercera entrega y algún comentario —especialmente por Twitter— se le fue bastante de las manos a alguno, y aquí seguimos. ¡Y eso que nos contuvimos muchísimo con ella porque en aquella época, no hace ni un año, no se le podía ni toser! —decir de ella que era "excesivamente irregular" parecía un pecado—. Pero hoy es diferente: parece como si Community sin su Dan Harmon fuera una serie que tuviera que ser analizada bajo otro punto de vista, cuando lo más sensato sería admitir que lo que nos está mostrando la cuarta temporada de Community es la serie tal y como es, y que sus antiguos momentos de grandeza formaban del simple y realista ciclo de vida de cualquier serie, al igual que sus recientes momentos de fatiga.
Personalmente, todavía tengo esperanzas en que Community vuelva al rodeo. Al fin y al cabo posee algo por lo que merece la pena pelear: su propio universo. Greendale y los suyos pueden ser la fuente de infinitas historias que pueden satisfacer tanto o más como las que ya hemos visto, simplemente hay que tratar de dar en la diana. Lamentablemente, el camino que ha escogido la serie para su cuarta entrega no podría ser menos conveniente —¡SPOILERS!— y básicamente veo dos errores: la relación de Troy y Britta, o cómo ha sido enfocada, y la manía que tienen de darle protagonismo a Chang, cuyo papel ya ha estropeado más que suficiente a la serie. Con lo fácil que lo podrían tener dándole coba al tema autorreferencial, a Abed y a las tramas absurdas, que al final son las que mejor funcionan. Community podría volver a ser grande si no se tomara tan en serio, como ha probado recientemente en su episodio Conventions of Space and Time, un capítulo que podría haber sido épico y que fue destrozado por la estúpida necesidad de desvelar un trasfondo dramático que ya hemos absorbido por activa y por pasiva.
Estos infructíferos intentos por lavar la cara de Community junto con el trato —merecido, siendo sinceros— que le ha dado la NBC, han colocado a la serie en la posición en la que se encuentra ahora: en segundo plano. Más allá, no veo ninguna diferencia. No hay dos Community, tan solo la misma serie que o espabila o espabila.
Aunque visto lo visto, igual ya no le hace falta...
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