Parks and Recreation no es precisamente una serie ajena a las reinvenciones. Durante el transcurso de sus cuatro primeras temporadas trató una y otra vez de encontrar ese tono tan característico que ahora representa el espíritu de Pawnee, y cualquiera podría decir que tras esa desastrosa primera temporada, Greg Daniels y Michael Schur obraron un verdadero milagro. Parks tardó todavía un tiempo en encontrar su lugar, en dar con esa dinámica tan saludable para el departamento de parques de Pawnee, para establecer la relación entre Leslie y Ron y entre Leslie y Ann, y para posicionar perfectamente a todos los secundarios. El reto fue aún mayor cuando se incorporaron Ben y Chris, pero aun así se lograron superar los retos y conseguir que Parks se convirtiera en esa joya televisiva que tanto admiramos a la altura de la tercera temporada.
Pero hablamos de televisión y precisamente de una serie que nunca ha tenido grandes audiencias a pesar de haber ido siempre de la mano de su hermana mayor The Office. Incluso lo más funcional tiene que ser replanteado y aunque a muchos les haya sorprendido el transcurso inicial de la quinta temporada de la serie, lo cierto es que no estaba planeado. Michael Schur ya lo dijo el verano pasado: a los guionistas de Parks les gusta lanzar pelotas al aire al final de cada temporada y tratar después de cazar las que puedan; en otras palabras: Parks necesitaba un soplo de aire fresco pero nadie sabía exactamente cómo dárselo. De ahí que los primeros episodios de la temporada, con Ben y April en Washington, y los demás adaptándose al nuevo puesto en el Consejo de la efusiva Miss Knope, no hubieran funcionado precisamente bien. Los guionistas se dieron cuenta de ello y de que el ritmo que tanto les encontró encontrar para el departamento de parques todavía puede seguir funcionando, así que trataron de volver a los derroteros de siempre con un par de nuevos matices. Prueba y error, y algunas risas de por medio. También sabíamos que con Parks hay que tener un poco de paciencia.
Por otro lado, la serie ha seguido funcionando paralelamente haciendo lo que mejor se le da: dar matices a sus personajes. No voy a decir que las tramas de esta quinta temporada sean mis favoritas, pero tiene tanto sentido ver, por ejemplo, a April adaptarse a sus nuevas responsabilidades o a Andy buscar tener algunas, pues sigue siendo satisfactorio aunque hayan tenido que dar varios palos de ciego hasta llegar a donde estamos. Puede que Ron haya comenzado una relación con Xena, que Tom se haya tenido que tomar más en serio y que Ann... bueno, que Ann siga siendo ese precioso pez tropical, pero el carácter de Parks sigue vivo y sabe muy bien cómo satisfacer a sus espectadores a pesar de no saber cómo andar por terrenos inestables: sus personajes siguen siendo como siempre, desarrollando sus diversas personalidades ante la cámara y cautivando a los espectadores —¿hay algo mejor que ver a Leslie Knope despotricando ante la cámara mientras mantiene intacto su idealismo?. La serie todavía puede crecer, como demuestra cada pocos episodios, y aunque cueste aceptar muchos de sus intentos de mejora, lo importante es que, lo haga como lo haga, todavía puede seguir emocionando.
Porque qué queréis que os diga: por mucho que se pueda criticar a esta temporada, incluso el episodio Leslie and Ben que se emitió la semana pasada me pilló desprevenido. Recoge todos los trozos pendientes de Parks y los reúne dándoles forma, contenido, sentimiento y humor, logrando que sea prácticamente perfecto y que redima todo lo que antes pudo fallar mientras nos deja con una sonrisa de oreja a oreja. Casi que prefiero que Parks roce la mediocridad mientras pueda ofrecernos episodios como éste que estar pendiente de que una serie de tal tamaño dé un paso en falso en cualquier momento. Parks and Recreation es la Ann Perkins de la televisión, ya es hora de que lo aceptemos.
Siempre nos quedará el I love you and I like you...
Coincido en muchos puntos, aunque creo que definir a Parks como la Ann Perkins de la Televisión puede llevar a confusión :)
ResponderEliminarPara mi Parks siempre será una de las mejores comedias, incluso en sus momentos más bajos. No pretende ser nada más de lo que es, no se obliga a desafiar al espectador en cada episodio y siempre te deja con muy buen rollo. Algunos la tacharán de suave o de demasiado buenrollista, pero creo que ahí reside su éxito.
Buen post, por cierto, que esta serie se merece que hablen más de ella.
Lo de "desastrosa" primera temporada no me ha gustado un pelo, compañero. Vale que tarda en arrancar, pero ese adjetivo es demasiado cruel. Por lo demás, que viva Pawnee (y muerte a Eagleton!!) ^_^
ResponderEliminarPero me dejo lo que para mi es lo peor de la serie: Rob Lowe. Si a este hombre ya no lo llaman para hacer cine será por algo. Por favor.
ResponderEliminar¡Claro que lo es! "Parks, you beautiful, naive, sophisticated, newborn baby". ¡Totalmente! Gracias por pasarte :)
ResponderEliminarLa primera temporada es lo peor, lo siento. Porque la vi después pero en su día jamás le hubiera dado una oportunidad a la segunda temporada.
ResponderEliminarEs tan años 90...
ResponderEliminarYo siempre digo que esta serie es mi dosis de buenrollismo semanal.
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