El éxito sorpresa de la NBC ha cerrado una primera temporada que sin hacer mucho ruido ha resultado ser redonda.Consistente y solida a los pocos episodios de empezar, Chicago Fire ha sabido desarrollar un cast muy coral midiendo las tramas de manera equitativa. Procedimental laboral con mucho hincapié en la vida personal de todos sus empleados. En una serie tan masculina sorprende el retrato tan cuidado de tres mujeres. Shay, Dawson y Hallie han conquistado corazones, provocado lagrimas y despertado odios. No son bomberos pero su protagonismo en la serie es indiscutible.
El episodio piloto nos presentaba a Leslie Shay (Lauren German, Hawaii 5.0) una paramedico que trabaja en el departamento de bomberos. Su caracterización incial se limitaba a ser una joven rubia muy atractiva y lesbiana. Episodio a episodio Shay consigue que su condición sexual sea un motor en las tramas y no un simple rasgo distintivo. Hay mucho cariño en la forma de desarrollar sus tramas amorosas pero su dinámica con Severide (Taylor Kinney, Trauma) es lo que convierte a esa pareja en una de los favoritas de los espectadores. Todos queremos lo mejor para Leslie y los guionistas tienen una facilidad innata para hacerla sufrir.
Gabriela Dawson (Monica Raymund, Lie to me) nace como la protagonista femenina principal. Compañera de Shay, la joven latina no despierta las mismas emociones. Gabriela es dura y tosca en muchos momentos. Parte de esta antipatía viene de su amor secreto hacia Casey (Jesse Spencer, House) y su coqueteo con Peter Mills (Charlie Barnett, Law & Order), el novato en la estación. Su actitud no es clara y aunque sus intenciones son buenas, el resultado provoca daños múltiples. En el trabajo resulta muy eficaz pero fuera del mismo, cuesta cogerle cariño. Mención especial a sus miradas de odio a nuestra próxima "dama en llamas".
Con menor presencia que las anteriores, Hallie Thomas (Teri Reeves, Three Rivers) es una doctora de Chicago y pareja del teniente Matthew Casey. Su relación es puesta aprueba en varias ocasiones y en todas ellas, Hallie responde de manera coherente y profunda para ser un personaje secundario. Su función en la serie es la de entorpecer el camino de Dawson, pero la formula no cuaja del todo cuando la doctora Thomas se lleva nuestro apoyo. Tras un hiato, Hallie regresa en el tramo final de la temporada para una despedida traumática. Lagrimas por doquier, ha sido un personaje pequeño pero muy afín al espectador.
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Estas tres son las mujeres que plantan cara a toda la testosterona del musculado cast masculino. Juntos, una combinación perfecta para una serie que ofrece mucho más de lo que en principio puede parecer. Sin giros radicales o conspiraciones, Chicago Fire es una serie bien montada y de fácil consumo. Engancha.
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