Tras un largo recorrido lleno de parones que duran un mes y capítulos argumentalmente insulsos esta semana hemos llegado a la primera parte de lo que será el final de temporada de la que fue una de las series revelación de la pasada temporada, y la cosa pinta bien. Puede que el tema de los detractores de la magia no nos convenza del todo y/o no se haya presentado todo lo bien que podría, pero su resolución creo se está resolviendo a la perfección.
¿Quién no recuerda ese "Allí es Wendy, la segunda estrella a la derecha, volaremos hasta que amanezca" del entrañable Peter Pan de Disney? Este final de temporada se centra justo en esa frase, pero de momento, a Peter no le hemos visto y la sombra que sí que ha aparecido no es precisamente la traviesa sombra de la película Disney que se colaba en casa de los Darling. Nos adentramos por fin y después de tantísimo misterio, en qué fue de Bae al entrar por el portal al soltarle su padre. En primera instancia, Bae sí que llegó a nuestro mundo, y se vio huérfano y sin recursos en el Londres del siglo XIX, donde movido por su olfato y un hambre atroz, entrará en casa de los Darling a robar comida para ser descubierto por la tierna y joven Wendy, que inmediatamente le ayuda. Un par de semanas después, los padres de Wendy descubren al muchacho y pese a las reticencias de George (aaaaaay Jooorge), Bae se queda con ellos como un hijo más.
Es entonces, ya pudiendo dormir con Wendy, John y Michael cuando descubre que desde el día de su llegada a la casa Darling, una mágica sombra acecha a los niños, tratando de llevarles a Nunca Jamás, la tierra sin padres donde no se crece. Pese a que por su experiencia, advierte a los niños de los peligros de la magia, Wendy hará caso omiso de su consejo, yéndose una noche por la ventana con la misteriosa sombra. A su regreso la mañana siguiente —bastante más tiempo en Nunca Jamás— cuenta a Bae y sus hermanos la verdadera naturaleza de la sombra, llena de maldad y con ansias de llevar a niños a Nunca Jamás y no dejarles regresar, atrapados en un mundo miserable en el que por las noches lloran echando de menos a sus padres. Una visión tétrica en la que ni rastro hay de Peter Pan. La noche siguiente, cuando la sombra vuelve a casa de los Darling, esta vez a por un chico —por esta razón dejó volver a Wendy—, Bae se va con ella salvando así al pequeño Michael, pero consigue escapar de la sombra para llegar a parar al Jolly Roger, el barco del Capitán Garfio. ¿Se convertirá a la larga Bae en Peter Pan, domando a la malvada sombra? ¿Nos encontraremos ante una versión totalmente diferente de la historia? Lo han hecho tan bien que me he quedado con unas ganas locas de saber más. Esto me recuerda a los primeros capítulos.
Volviendo al presente, la parte de Storybrooke tratará sobre la tortura y rescate de Regina y el desenmascaramiento de los malvados, tras la insistente labor de Emma, que esta vez tenía razón, pero mira que se pone pesadita. Pese a que después de todo logran encontrarles y salvar a Regina muy malherida, tanto Owen como Tamara escapan. El primero va a comprobar si es cierto que su padre ha muerto desenterrando sus huesos y la segunda se cruza con su prometido y Emma, que impide que dispare a Neal, pero no puede retenerla cuando usa una judía mágica para abrir un portal, portal por el que Neal desaparece tras confesar su amor a Emma. Ahora Tamara y Owen tienen el cristal que puede destruir Storybrooke, ¿conseguirán detener la hecatombe? Se ha quedado interesante la cosa.
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