Ya han pasado unas semanas del final de la tercera temporada. Ya se han curado nuestras heridas. De nuevo la serie dio para un debate por fascículos -en especial su season finale- pero no es es eso de lo que vamos a hablar. Vaivén de showrunners, reducciones de presupuesto que pasan de las caras de los caminantes a la vestimenta de los publicistas de Madison Avenue, una independencia casi total de la obra original (cómic de Robert Kirkman) pero una constante que parece inamovible: el modus operandi de las muertes relevantes.
Sí, es de esperar que en un mundo infestado de zombies las muertes se vayan a cobrar a pares, así que no nos lo llevamos a modo de sorpresa, pero aún así, mientras los guionistas no tienen piedad en convertir a una serie que a priori, debería ser frenética, en un producto dogma firmado por un realizador escandinavo, sí que muestran mucha misericordia al espectador en cuanto a anunciar a grito pelado la próxima muerte. Al fin y al cabo, la mejor forma de que uno asimile la muerte de un personaje, es deseándola.
1. La niña perdida
En el mismo momento en que Sophia salió de su escondite bajo el coche antes que nadie, su muerte estaba escrita. Es cierto que nunca fue un personaje importante, pero sí que sirvió de macguffin para la segunda temporada en su totalidad, pues su búsqueda fue el catalizador de una nueva localización y un nuevo grupo de personajes. ¿Deseábamos la muerte de la chiquilla? Al principio, no. Hija de un hombre abusivo al que afortunadamente se lo comieron en carne viva durante la primera temporada, la angustia de saber cuán rápido sería carnaza para los zombies -literalmente- era la única reacción que podía sentir un ser humano en sus cabales. Pero tras buscarla toda la noche, lo único que podíamos esperar era que su muerte fuera lo más rápida e indolora posible. Nada más. Cuando esa noche siguió a otra, y a otra, es cuando deseamos que estuviera muerta, ya no por su propio bien, sino por el nuestro. La pena mutó en coñazo, y el coñazo volvió a pena cuando la vimos salir por la puerta del granero. Aumentando el sentimiento de culpabilidad del espectador hasta cotas infinitas.
2. El oportunista
Todos hemos conocido a algún Shane en nuestra vida. Ese ser silencioso, que se mantiene siempre en la penumbra, esperando... esperando... Shane siempre vivió a sombra de Rick, y siempre esperó su desaparición para apoderarse de lo que no era suyo. No es un robo en el sentido estricto de la palabra. Al fin y al cabo, muy pocas eran las posibilidades de que el señor Grimes saliera vivo de ese hospital. Pero sí que fue robo cuando el dueño apareció de nuevo y él rehusó devolverle las pertenencias. Su transformación de mejor amigo a mejor villano no fue aceptada en su mayoría, tampoco sus actos movidos puramente por el instinto que evidenciaban una corta inteligencia y autocontrol. Shane se había ganado el balazo a pulso durante muchos capítulos (del macabro motivo de su corte de pelo ya ni hablamos) aunque su resurrección fue un magnífico recurso para que su desaparición no fuera en balde con referencia a la trama.
3. La adúltera
Parece que, por lo general, los seriéfilos sabemos mucho de maternidad, y así no nos entraba en la cabeza el cómo a esta ama de casa sureña se le podía escapar tanto el niño. Mala madre, peor esposa (no aceptamos que el acostarte con el mejor amigo de tu marido sea una forma de duelo, no). La muerte de Lori Grimes ya estaba anunciada a los cuatro vientos. Bipolar hasta decir basta, y causante en parte de la locura que Rick arrastra hasta este mismo momento, nos frotábamos las manos ante su inminente fin de contrato. Pero cómo se cambiaron las tuercas cuando la supuesta mala madre renunció a su propia vida para salvar la de su hija. Goodnight, my love.
4. La oveja negra
Paleto, racista, machista, molesto. Pero un superviviente. Sabíamos que el sacrificio que pagó en esa azotea de Atlanta no sería para nada. El mayor de los hermanos Dixon usó el apocalipsis como excusa para su propia anarquía moral, aunque finalmente el amor fraternal le devolvió su humanidad. Muy tarde, ya deseábamos y esperábamos la muerte de Merle Dixon desde los accidentes de Woodbury. Su contribución a la serie había terminado, y él mismo puso fin a ella con una valiente pero kamikaze misión contra el Gobernador.
5. La pacifista
Andrea ya rozó la muerte en anteriores ocasiones. Primero coqueteó con el suicidio, luego se tiró toda una santa noche derribando caminantes en soledad. Pero su muerte aún no estaba escrita. Andrea nos caía bien. Pasó de mosquita muerta incapaz de tocar una pistola (¡por favor, que esto es el sur de América!) a ser tanto o más válida que los hombres del grupo. Este año fue otro cantar. Respondiendo a los instintos más básicos del ser humano, actuó en conformidad a ellos: de forma estúpida. Muerte para ti también, Andrea. Pero luego, efectivamente, alguna lagrimilla cayó ante el sonido del disparo. Toda esperanza de paz en este nuevo mundo murió con ella.
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Tal como la libreta de muerte que cierto estudiante japonés poseía en sus manos, los guionistas ponen ante nuestros ojos la posibilidad de eliminar aquellos personajes que no deseamos ver más. Pero al igual que en el manga nipón, se paga un alto precio: su muerte será tan dignificada que nos removerá la conciencia. Ahora mismo veo difícil que puedan conseguir ese tipo de muerte para el Gobernador, pero más fácil será hacer eso para Rick, un líder que está perdiendo apoyo de su grupo... y de sus espectadores.
Pues siento discrepar en un par de cosas. Aunque puedo estar equivocado eh.
ResponderEliminarUna de las maravillas de The Walking Dead es la imprevisibilidad de los sucesos, entre los cuales están las muertes.
El destino de Lori si que pendía de un hilo con el embarazo. No pegaba para nada la historia de una madre con su hija en recién nacida en el trascurso de la serie.
A Andrea la destrozan en esta temporada. De ser casi una secundaria pasa a ser un personaje odiado ( como mínimo por mi ) por sus inseguridades o su retroceso en su personalidad. De mujer afable y débil, a mujer fuerte y luchadora, para volver a ser la mujer débil del principio. Fue una muerte del todo necesaria.
Shane también estaba des del inicio de la segunda temporada. Para mi, tardan mucho en resolver en tema, y los sucesos del final enturbian un poco su muerte.
Sophia sirvió para dar un final digno a una fase de la serie muy floja, pero yo no tenia tan claro su destino.
La muerte mas dolorosa para mi fue la de Mel. Sabiendo que su personaje no encajaría del todo en el grupo, su reaparición en la tercera temporada, junto con el amor fraternal que sentía Daryl por el ( y viceversa ), hicieron que fuera uno de mis personajes mas queridos.
No olvidemos las muertes de Dale o de T-Dog, entre algún otro, que tampoco eran previsibles en su momento.
Para mi, menos Rick y Daryl ( y confió en ello ), todos pueden morir de un momento a otro, por muy protagonistas que sean y eso engrandece la serie, aunque puede ser peligroso a la larga.
Felicidades por el artículo eh.
Gracias, pero no entiendo mucho lo que dices, o yo me he expresado fatal en el artículo. Precisamente lo que comento es que aunque no duden en cargarse a protagonistas, primero hacen que se les pille manía y luego lo matan literalmente. Creo que las muertes que menciono aquí eran todas muy previsibles. Puede que el único imprevisto fuera nuestro en nuestro subconsciente, diciéndonos que como son personajes tan importantes no morirían. T-Dog nunca sirvió para más que hacer bulto, por eso ni lo he mencionado, al igual que muchos otros, como la hermana de Andrea, etc etc.
ResponderEliminarLa única que no me esperaba era a Andrea por la importancia del personaje pero su sendero en la última temporada lo dejaba clarísimo. Coincido con todo.
ResponderEliminarTe has expresado de forma fabulosa en el artículo. Repasando fríamente la serie, el artículo y tu comentario, es cierto que quizás sean los prejuicios que se tiene a salvaguardar las vidas de los protagonistas de una serie lo que me hizo discrepar.
ResponderEliminarCierto que se dan pistas de las muertes antes de que sucedan, aunque sorprenda quienes son los elegidos ( en algunos casos ).
Gracias por contestar, tu comentario me ha hecho reflexionar un poco mas en mi opinión.
Un saludo
No hay problema. Para eso estamos, para debatir e intercambiar opiniones pacíficamente :-)
ResponderEliminarYo Andrea me la esperaba, pero no me la quería esperar. Tenía la esperanza de que como se habían cargado el personaje de forma tan evidente desde el minuto uno de la tercera temporada, fueran misericordiosos. Aún tengo mucha rabia en el interior, y creo sinceramente que han cometido un craso error.
ResponderEliminarTienes toda la razón con la preparación al espectador pre-muerte, pero hay casos (obviando a T-Dog y otros mega secundarios) que te los meten de repente, como con Dale. Qué pena me dio la muerte de Dale T.T
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