Breaking Bad S05E09. Blood Money

No hace falta decir mucho más: Breaking Bad ha regresado por última vez para ofrecernos la que se espera será una recta final de categoría. Con la fecha del 29 de septiembre en mente —por cierto, también fecha de regreso de Homeland y de despedida de Dexter— sólo podemos dejarnos llevar con lo que Vince Gilligan y los suyos nos tienen preparado. 

Curiosamente, el comienzo del episodio repitiendo la sorpresa del flashforward de Live Free or Die en el cold opening de este capítulo nos cambia el interrogante. Sí, nos interesa saber qué pasará en el final de Breaking Bad, pero sobre todo nos interesa saber qué ha pasado. De algún modo, la verdadera identidad de Heisenberg ha sido descubierta, lo que convierte al hogar de los White en un sitio peligroso. Entonces, ¿por qué regresa Walter a por la ricina? Apostaría a que vamos a ver más flashforwards como éste en el resto de episodios y que cobrarán cada vez más y más sentido a medida que vayamos descubriendo cosas.

Porque no son precisamente pocas. Son ocho episodios y no se van a andar con rodeos. 

"I left a viable operation"

#Fan

Si hay algo que he criticado —y sigo criticando— de Breaking Bad es ese giro de guión tan inverosímil e insospechado como el que nos dejó con la boca abierta en Gliding Over All cuando Walter dejó su "negocio del Imperio" tras hablar con Skyler. Como tantos otros, y conociendo como conocemos a Walter, pensé que se guardaba un as en la manga y que en realidad planeaba seguir su operación de una forma u otra, ya que el dinero nunca fue su verdadero objetivo —aunque sí su excusa—, sino que Heisenberg era tan solo el monstruo que alimentaba su ego. 

Al final, parece que a pesar de lo inverosímil, es cierto. La única razón que podría explicar este cambio era el regreso del cáncer —algo que se esperaba como una especie de retribución cósmica para el señor de la droga—, y así ha sido. Hasta ahora eran solo suposiciones, después de verle tomando pastillas y tosiendo en Live Free or Die. Ahora está confirmado. Walter vuelve a quimioterapia, a ser un hombre débil y a tener que plantearse muchas cosas.

Walter ha dejado el negocio y ahora comparte trabajo con Skyler en el lavadero de coches. Su mujer, por cierto, se nota que está a la defensiva respecto a la presencia de su marido en su territorio pero también está feliz y no dudará en sacar las uñas cuando sea necesario. La reaparición de Lydia Rodarte-Quayle pidiendo el regreso de Heisenberg y la tunda que le pega la señora White cuando Walter se lo cuenta —primera señal del cambio de actitud del químico— son motivos de aplauso.

Aun así, algo nos dice que Walter volverá a cocinar por un motivo u otro, y que Lydia estará implicada en su regreso. Su familia no necesita el dinero pero algo acabará arrastrando a Walter de nuevo al pozo de oscuridad.

"Listen to me"

De los tres finales más esperados de Breaking Bad, uno de ellos es el enfrentamiento entre Walter y Jesse, y algo nos dice que esta disputa podría estar cada vez más cerca.

Jesse lleva mucho tiempo viviendo una profunda desconexión —mayormente, desde que mató a Gale—, algo que nos recuerdan perfectamente con esa discusión sobre Star Trek entre sus amigos de la que no forma parte. Pinkman está con la cabeza en otro lado, pensando en su pasado y en todo lo que ha hecho, y cada vez le preocupa más la figura de su antiguo maestro en todo lo malo que todavía no ha podido dejar atrás. Como siempre, trata de saciar su culpabilidad pagando la moneda que corresponde a todos aquellos que ha hecho daño, y esta vez son dos niños que no ha podido conocer: la nieta de Mike, Kaylee, y el pobre Drew Sharp. Saul, esa alimaña que siempre lleva razón, le aconseja que lo deje pasar pero no puede. ¿Cuándo explotará Jesse?

Un pequeño "guiño"

Es cierto que, aunque ahora el futuro de Walter está más negro que nunca y el químico puede permitirse ciertas concesiones, jamás podrá ser franco con su alumno. Jesse se imagina que Walt, después de acabar con sus testigos, también acabó con Mike, pero no tiene forma de probarlo. Y no sabe de la misa la mitad. Ese escenón que tantas veces hemos visto de Walter mintiendo descaradamente a Jesse utilizando el mismo tono paternalista de siempre ha sido la gota que colma el vaso, el colmo de la paciencia, y ahora que Jesse tiene un motivo sólo puede seguir indagando y alimentando su odio mientras sigue haciendo como que se traga la mentira de Walter. Solo nos queda esperar. 

"Heisenberg. Heisenberg!”

Otra anotación en la lista de inverosimilitudes de la quinta entrega de Breaking Bad era que Hank descubriese mientras hacía aguas mayores que su cuñado no era otro que el famoso Heisenberg. Además de inverosímil, cómico.

Hank es el tercero —tras el cáncer y Jesse— de los probables finales de la serie, y este episodio también apunta en ese sentido dejándonos claro que no nos lo van a poner tan fácil. No obstante, de momento es la probabilidad que más ha avanzado y que más tensión nos ha ofrecido.

Hank nunca ha sido precisamente inteligente pero sí lo que se conoce como un perro viejo. Para él, este descubrimiento significa romper con todos sus esquemas y reconocer que una persona de su propia familia ha sido el motor de su impotencia durante los últimos dos años. Al igual que entonces, un ataque de pánico le vuelve a asaltar casi haciendo peligrar su vida, pero esta vez Hank tiene un motivo para vivir: encerrar a Walter White.

Con su cuñado en la diana, la investigación cobra un nuevo significado y Hank no duda en seguir todos los protocolos, aunque sea desde su propio hogar. No obstante, cuando Walt descubre el rastreador en su coche —tras imaginarse lo peor al descubrir la desaparición de su libro de Whitman—, no duda en enfrentarse a Hank —demostrando de nuevo su cambio de actitud— dejándonos con una de las escenas más memorables de la serie. Hank tampoco tiene pelos en la lengua y deja claro que no le importa que sea familia, o que vaya a morir dentro de seis meses por el cáncer —algo que ese flashforward con un Walt beligerante nos dice que no será tan probable—: él es Heisenberg y acabará encerrado de por vida. Oh, pero aunque Walt se haya quitado el sombrero, sigue siendo ese monstruo y ofrecerá pelea. Y nosotros viviremos para contarla.

If you don’t know who I am, then maybe your best course would be to tread lightly.

Anotaciones sobre el color

Imagino que la mayoría habréis leído Breaking Bad y la sinestesia: un estudio del color en algún momento porque os he dado la paliza con el tema a menudo y, afortunadamente, ha sido compartido por muchas personas en el último año. Si no lo habéis leído, ahora es el momento.

Cuando escribí ese texto lo hice con ayuda de una amiga sinestésica que todavía no había visto la serie. Ahora ya la ha visto y me ha podido dar una perspectiva más personal y exacta y, cómo no, sigue siendo igual de sorprendente. Estamos trabajando en una investigación más completa así que si os interesa el tema, os avisaremos tarde o temprano.

Sea como fuere, aquí algunas anotaciones sobre ciertos colores.

• Hay un amarillo fuerte que siempre ha definido momentos puntuales de la serie y que acompaña multitud de situaciones. La primera vez que aparece claramente es cuando Walter mata por primera vez: recordemos ese plato amarillo que fue la chispa que encendió el instinto asesino de Walter White. En Breaking Bad es un color que suele adelantarnos un momento de acción —no confundir con el amarillo que lleva Walter en muchas ocasiones— o que algún giro está por suceder. No hace falta ser sinestésico para darse cuenta de ello. 


En Blood Money aparece en varias ocasiones: en las letras de la pared; en el chaval que está jugando con el coche de juguete —que también hace referencia a Drew Sharp— antes del enfrentamiento Hank/Walt; y en Marie, que extrañamente lleva una camisola de ese llamativo color cuando el suyo es el morado —llevaba un bolso amarillo cuando robaba, como señal de ese lado oscuro del personaje—, quizás como señal de lo que iba a pasar en el camino a casa. Hay que tener en cuenta que hay una gran variedad de tonos de amarillo en la serie y todos tienen su significado.

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• Hay un color que se pasa por alto y es ese gris perla que no se suele ver muy a menudo. De hecho, lo vimos por primera vez en el piloto y que claramente significa enfermedad y hundimiento emocional. En la primera temporada, lo vistió Walter en sus horas bajas, lo llevó de nuevo cuando decidió tratarse el cáncer, lo llevó Skyler a una consulta e incluso Jesse cuando estaba fastidiado por lo de Badger. Lo volvemos a ver muy a menudo en Blood Money: tanto Walt como Skyler lo llevan en el lavadero de coches, quizás dando cuenta de su situación, y Walter lo lleva en su sesión de quimioterapia —lo que, tengo que decirlo, me hizo saber que volvía a estar allí antes de que nos lo mostraran—.

• Otro: el burdeos. Lo lleva Hank en la escenaza final mientras Walt sigue de gris. Es un color que hemos visto a menudo y que significa amenaza y poder, dominio y una posición superior. Lo ha llevado Hank antes —por ejemplo, en la primera temporada cuando descubre que la máscara es del instituto de Walt— pero también lo hemos visto en Walter o en Gus Fring.

EXTRA: Cada semana incluiremos un resumen de los tres colores más llamativos en nuestro Tumblr. Esta semana hemos sustituido el amarillo por el verde que nos han mostrado claramente en Saul, y que hemos visto antes, más concretamente en el I Won! de Walter.

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Have an A1 day!

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