Breaking Bad S05E13. To'hajiilee

A mí ya me pueden enterrar, lo digo muy en serio. Que Vince Gilligan haga lo que le venga en gana, que a mí ya me ha ganado; le perdonaré todo, haga lo que haga, porque esta recta final de Breaking Bad se lo merece. Lo tengo claro. 

Cuando decimos que la televisión ofrece entretenimiento, creo que nos referíamos a esto, a esta sensación de que durante poco más de cuarenta minutos no puedes hacer otra cosa que quedarte con la boca abierta ante una pantalla, con la mente en otro sitio. Como un niño. Aquí mis impresiones de To'hajiilee.

"It's over"

To'hajiilee ha sido el último movimiento de esta intensa partida de ajedrez para demostrar quién es el más listo. Jesse ya lo había dicho: [Walter] es más listo que vosotros. Es más afortunado que vosotros. Sea lo que sea lo que penséis que va a suceder, sucederá exactamente lo contrario. Y así ha sido hasta ahora, más o menos. 

Pero, efectivamente, Jesse tenía un as en la manga: aquel que nos dejaron por desvelar en el último episodio: el dinero. Si bien la codicia nunca fue el motor que movía a Heisenberg (I'm in the Empire business), sí era, por decirlo de algún modo, el motor que movía el imperio del señor de la droga. El dinero tenía que estar en algún sitio y era ahí donde pensaban atacar.

Walter es más listo que ellos, es más afortunado que ellos, pero tiene sus debilidades: el miedo. El miedo a perder a su familia (simbólica la escena del lavadero, donde todos los White se topan con el miserable Saul "si bebes no conduzcas, pero si lo haces llámame" Goodman), el miedo a ser capturado, el miedo a que su perfectamente calculado negocio falle. 

Y es el miedo el que mueve las últimas fichas de esta partida de ajedrez. Hank, habituado a utilizar esta herramienta en su beneficio, ataca a Huell y le obliga a darle un par de pistas acerca de dónde está oculta la gran prueba de la existencia de Heisenberg (grande lo del "cerebro", todo hay que decirlo). También lo utiliza Walter cuando acude a Andrea y a Brock para que Jesse salga de su escondite y la familia neonazi de Todd le pegue un tiro en la nuca porque "Jesse es familia", pero Hank contaba con ello.

Pero, efectivamente, en este tira y afloja de temores, quien sale perdiendo es quien más tiene que perder. Hank, astuto como él solo, supone que el dinero está enterrado en el desierto, y le manda una foto a su cuñado haciéndole creer que ha descubierto el lugar donde están los billetes. La mecha prende, nuestro ritmo cardíaco se acelera, y comienza la escena final.

Cuando Walter se da cuenta de que le han tendido una trampa, su mirada lo dice todo. Una mirada de decepción, de saber que será capturado sin remedio, de saber que acabará en la cárcel... pero, sobre todo, una mirada que demuestra que su mayor dolor no es haber perdido, sino haberlo hecho debido a su propia estupidez. En un acto desesperado, llama a Jack para que vaya a ayudarle, pero cuando ve a Jesse, Hank y Gomez, le dice que todo ha acabado.

"Todo ha acabado", grita Hank también. Y es cierto. Todo tendría que haber acabado. No hay forma de expresar cómo nos ha hecho sentir esta larga escena en la que nuestro señor White por fin reconoce su posición y se entrega sin más miramientos ante los vencedores, no sin antes, dolido de verdad, decirle a su alumno que es un cobarde. Una palabra que pronuncia con dolor, no porque lo crea (de hecho, Jesse ha sido más valiente que nunca) sino porque, como había dicho horas antes, le consideraba de su familia. Y es la familia, finalmente, quien le ha traicionado en el escenario más increíble posible: donde Jesse y Walter cocinaron meta por primera vez.

Podrían haber sucedido tantas cosas en este momento que cualquiera hubiera sido válida (bueno, casi todas, y es que quedan muchos ases en la manga —hay alguna aparición especial en el próximo episodio que me dice que hay una verdad que saldrá a la luz muy pronto), pero Vince Gilligan y George Mastras (quien firma el guión del episodio) lo han decidido así. Y que así sea.

Pero sabíamos que esto no quedaría así. ¿Cómo iba a hacerlo? Sabíamos que Jack y su banda de neonazis aparecerían porque era la única salida posible a este caótico encuentro. Y, aun así, nos sorprendemos tanto como Walter. Nuestro ritmo cardíaco vuelve a aumentar a medida que los partícipes de la escena levantan sus armas y comienzan a disparar, sin que ninguno acabe por acertar en el cuerpo del contrario. ¡Mi corazón!

La ventaja numérica nos dice que Hank y Gomez van a morir (además, sería una muerte muy poética justo después de que Hank llamase a Marie para decirle que la quiere, después de mostrarse pletórico), pero algo me dice que no será tan sencillo. ¿Volverá Walter a poner a su familia por delante o les dejará morir?

No sé si quiero saberlo.

Anotaciones sobre el color

Llamadme loco, pero creo que hasta esta recta final no se ha demostrado con tanta claridad un verdadero patrón de los colores. Aquí mis pruebas:

• Que el episodio comience con Lydia en su abrigo azul, Todd con el traje de "cocinar" amarillo y su tío nazi con la camisa granate, ya lo deja todo claro, y si encima se enzarzan en una discusión sobre la importancia del color, y cómo los matices son tan relevantes, ya es para cagarse. El azul zafiro de la seguridad y de la ambición de una mujer que tiene mucho más poder del que parece ostentar (un color que grita "aquí estoy yo"); el granate del poder que tantas veces hemos visto (de hecho, Todd lleva debajo del mono un jersey que también incluye el color granate) y ese amarillo chillón que da tan mal rollo y, cito, es de "personas inestables mentalmente". Por cierto, el aguamarina de la meta de Todd (aunque no lo hemos visto) da una cierta sensación de manipulación. Ahí lo dejo.

• También ha quedado claro que el azul que ha llevado Hank tan a menudo en los últimos episodios es el color de su investigación, de cómo quiere resolver el misterio de Heisenberg pero llevándolo con discreción. Llama la atención que Jesse, desde que acompaña a Hank, viste una mezcla de ese azul con el granate. ¿Os habéis fijado? También es curioso que, cuando termina la investigación, cuando comienza la escena en la que atrapan a Walter, tanto Hank como Gomez vuelven a su color más primario: el naranja del poder del bien (debajo de chaquetas negras).

• Marie de negro, regodeándose de la captura de Walter. Obvio.

• Me ha gustado el detalle de Skyler, que sigue en sus tonos blancos y cremas, pero que en esta ocasión llevaba algunos detalles en la chaqueta de su azul oscuro habitual, quizás demostrando que la señora White vuelve a recuperar su confianza, y su ambición. Walter Jr. llevaba una chaqueta vaquera del mismo color: como siempre, el primogénito apoya a los demás a través de los colores.

• No sé si es relevante o no, puesto que nunca ha sido un personaje principal, pero no es casualidad que Andrea lleve una camisa con el tono primario de Jesse, el rojo.

• Hemos visto a Holly un segundo, vestida de rosa, justo en el mismo momento en el que aparecía Saul casualmente con una camisa del mismo color.

• Hay dos escenas de Walter que llaman la atención.
• La primera, en la que se reúne con Todd y familia, Walter lleva una camisa gris brillante, casi plateada, bajo una chaqueta negra. Es una combinación que ha llevado antes, sin ir más lejos, la primera vez que se enfrenta a Tuco Salamanca. El color plateado es un color de peligro extremo que llevaban Tuco, así como los primos; el negro, por otro lado, es un color de poder y respeto. Sin duda, una combinación muy acorde para una escena en la que pide la cabeza de Jesse.
• La segunda, la escena final, con Walter con chaqueta beige (lo que podría dar para una clara postura acerca de las chaquetas) y camisa azul de un tono suave que, si no recuerdo mal, se parece a la que llevó cuando se enfrentó a Ted tras el "I.F.T.". El beige ya sabemos por dónde va, pero el azul desconcierta un poco, porque es un color muy tranquilo, responsable, sensato... Un color muy "familiar". Podríamos relacionarlo con las intenciones de Walter de proteger a su familia ante una situación de total debilidad, por ejemplo.

Promo S05E14. Ozymandias