Con este inicio de temporada, uno con un el título dedicado a Henry y el siguiente a su madre, Once Upon A Time comienza el curso con un (mini) lavado de cara. Adiós por el momento a Storybrooke, adiós a las historias sobre qué hacer con la maldición rota y si es bueno perdonar o aliarse con Regina. La estructura de flashbacks continua enseñándonos qué pasó en El Bosque Encantado dándonos otra visión de los cuentos clásicos mientras que la historia actual se centra en el rescate de Henry en Nunca Jamás. En ello también se ha centrado toda la campaña de la temporada que rezaba el lema (hashtag incluido) #SaveHenry, así como en las creencias —todos los posters promocionales empiezan con la palabra "believe"—, ese salto de fe del que tanto hablaban en Lost llega a esta serie, que tanto bebe de aquella, más ahora que los protagonistas se adentran en esta misteriosa isla. Veremos qué nos depara esta temporada.
El primer episodio se centra en la llegada del barco de Garfio a Nunca Jamás, en el que esa extraña familia que forman Blancanieves, el Príncipe, Regina, Emma y Rumpelstiltskin, así como el Capitán más atractivo de la televisión deben aprender a tolerarse y respetarse para vivir; una dura lección que, como es de esperar, aprenden a la fuerza tras un ataque y secuestro de unas sanguinarias sirenas. Pese a que el final de la temporada pasada daba a entender que la alianza entre los personajes sería sólida en el rescate, Gold, enfundado en las ropas de su vida pasada deja el barco nada más llegar a Nunca Jamás para llevar a cabo su propio rescate, que, de momento, más que ésto, será una cruzada propia en la que su pasado le dará una bofetada.
En este mismo episodio se deshacen pronto de Owen y Tamara, que descubren en engaño del sanguinario Peter Pan (Robbie Kay) cuando ya es demasiado tarde, dejándonos abierto el interrogante de por qué quiere a Henry una vez más. Lo único que tenemos claro es que tras probarle, descubre que el pequeño niño pedante tiene el corazón de un verdadero creyente en la magia, justo lo que buscaba. A su vez, los planes de Pan estaban enfocados a Emma en el episodio de esta semana, que debido al poder de la isla, se siente más alejada de sus padres que nunca. Una vez admite su verdadera naturaleza, su orfandad, el mapa que el joven líder le da se muestra, indicando el paradero de Henry, el cual, según dice, no querrá volver a casa una vez lo encuentre, ya que tampoco la ha perdonado a ella por abandonarle. De tal palo...
En el Bosque Encantado descubrimos varias cosas; por un lado que Neal está vivo y con Mulán/Aurora/Felipe (y tratando de comunicarse con su padre aunque este no lo sepa); y por otro, lo que ocurrió en ese periodo de tiempo entre la ruptura de la maldición del sueño de Blancanieves y la boda real de ésta con el Príncipe, su aceptación de su naturaleza, paralelamente a lo ocurrido en el capítulo con su hija.
Como cliffhanger nos dejan a un herido David, que calla para no preocupar a su familia, pero cuyo destino se torna negro al ser envenenado con una de las flechas de los Niños Perdidos. ¿Acabará todo el mundo huérfano? Siguiendo con Nunca Jamás, la semana que viene conoceremos a Campanilla. Espero que tenga tan mala leche como la de Disney.
Creo que esta temporada va a hacer que odie más el niñato ese!!
ResponderEliminarNo me gusta nada que Peter Pan sea malo , pero si hace desaparecer al niño .....pues....lo puedo aceptar!
Y otra cosa! que es ese peinado que me lleva el principe?¿? me recuerda a un rockero o a Denny Suco!!
TGV