Es el turno de volver para los hermanos Winchester, y teniendo en cuenta el decepcionante episodio con el que acabó la temporada, podemos decir que ha vuelto con ganas. El final que todos pensábamos que veríamos no fue el que vimos, pero en este episodio nos cuenta que sí pasó justo después. Nuevos personajes, y el regreso –aunque mínimo– de otros convierte este primer episodio en uno fresco y disfrutable minuto a minuto. Esperemos que la temporada tome la dirección que ha tomado este episodio.
Se Busca
El Cielo ha cerrado sus puertas y todos los ángeles han sido expulsados a la Tierra; evidentemente, no es algo que los ángeles vayan a agradecer. Por supuesto, los ángeles querrán encontrarse al responsable de todo: Castiel, pero está en paradero desconocido. Mientras tanto, tras la caída de los ángeles y por intentar cerrar el infierno, Sam no pudo enfrentarse a las consecuencias producidas y –algo que no nos sorprende– se ha quedado en coma. Dean no se va a quedar con los brazos cruzados y se irá a la capilla del hospital para rezar pidiendo ayuda a su amigo Castiel. El ángel no contesta, y desesperado, Dean pide ayuda a cualquier ángel que pueda oírle porque Sam está muy débil. Consecuencia: todos irán a su encuentro aunque con una intención mala. Todos quieren encontrar a Castiel para vengarse, y la única forma que tienen de hacerlo es acosando a Dean. Aunque no todos los ángeles son malos, aparecerá Ezekiel, un ángel que ayudará a Dean en todo lo posible, incluyendo intentar salvar a Sam. ¿Cómo? poseyéndole para curarle desde dentro mientras que él también se cura, que la caída ha debilitado a muchos.
Decisión
Lo malo es que por mucho que Ezekiel quiera hacer, la decisión de vivir o morir la tiene Sam. Ajeno a todo el problema que tiene su hermano en el mundo real, Sam tendrá que tomar la decisión más importante de su vida dentro de su cabeza. La decisión la tomará como si fuese un juicio, donde dos abogados le intentarán ver qué es mejor. El abogado del –por así decirlo– lado bueno es Dean que le hará ver que necesita luchar para poder vivir, mientras que Bobby hará su parte haciéndole ver que a lo mejor es la hora de morir. Sorprendentemente, Sam decide morir, por lo que aparece la parca; pero no una parca cualquiera, sino el Jinete de la Muerte. Sam accederá a irse siempre y cuando le garantice que una vez muera, lo haga para siempre, y nada de volver a traerle a la vida como nos tienen tan acostumbrados. Pero justo antes de irse con el Jinete, aparece Ezekiel con la apariencia de Dean convenciéndole de que luche. Sam seguirá en coma –aunque en ocasiones volverá– mientras Ezekiel poseerá su cuerpo hasta que ambos se curen.
Humano
Metatrón consiguió cerrar el Cielo gracias a la inocencia de Castiel, y aprovechó para quitarle su gracia, por lo que Castiel es 100% humano. Ante su nueva condición de humano, Castiel está muy perdido y no sabe qué hacer, ni dónde ir, ni nada. Aunque se encuentra con Hael, una ángel con aspecto inocente que tiene otras intenciones. Castiel consigue ponerse en contacto con Dean, pero tardará en ir en su ayuda aunque tampoco pueda ofrecérsela. Le pide que confíe en Ezekiel, y aunque quiere ponerse en camino, Hael no le dejará. Ella quiere saber más sobre los humanos y terminar sacando a Castiel de su cuerpo para ocuparlo ella. El cuerpo de Castiel es más fuerte que el suyo porque empieza a descomponerse. Lo bueno es que Castiel consigue deshacerse de ella, aunque tendrá que buscar una forma de ir con sus amigos y aprender a alimentarse/dormir mientras tanto.
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