Somos capaces de vislumbrar, gracias al papel de Alicia, todo tipo de situaciones comprometidas, que incluso ponen en duda la moralidad del personaje. Su pronta salida del bufete, junto a Cary y compañía, pero sus todavía obligaciones como socia en Lockhart & Gardner la pondran contra la espada y la pared en más de una ocasión, en las que se le permite dudar, pero manteniendo muy fija su postura de abandonar el bufete.
Los primeros truenos empezarán a sonar cuando una honesta Diane le cuente la verdad sobre la entrevista a Will. Traicionado y humillado por la que se podría considerar su mejor amiga, su socia leal, llevarán a Will a tomarse el asunto de manera muy personal. No dudará ni por un momento en que echar a Diane, incluso de malas maneras, es la única opción. Dolido, reunirá al resto del equipo, liderados por un estupendo y metomentodo David Lee, que pedirá la cabeza de la próxima Juez Supremo.
En todo ese torbellino de encerronas, traiciones y reuniones secretas, se moverá Alicia, cuyo deber moral la impedirá utilizar lo que sabe para sus propios fines. O al menos, todo lo que sabe. La confianza que Will deposita sobre ella, incluso llegándole a ofrecerle el actual puesto de Diane, generarán sentimientos contrapuestos en nuestra abogada, y su única salida es irse pronto del bufete. Antes de que todo pueda ir a más.
El caso de la semana, una vez más vuelve a brillar por lo original del asunto. Una madre de alquiler se niega a abortar por petición de la pareja que ha solicitado sus servicios y al saber que el bebé tiene un 85% de posibilidades de que sufra una grave enfermedad. Alicia, junto a un interesado David Lee, harán todo lo posible por demostrar los derechos de cada persona sobre su cuerpo, y que la chica no ha incumplido el contrato en ningún momento.
En cuanto a la trama familiar, Grace está creciendo a pasos agigantados. Es más, está acaparando toda la atención que no ha tenido en las cuatro temporadas pasadas y es que ahora, levanta pasiones entre los chicos de su edad (y no tan jóvenes). Esto traerá de cabeza a Alicia, que como madre, no puede hacerse a la idea de que su hija está empezando a ser toda una mujercita. Por otro lado, Peter vuelve a contratar a la gestora de la ética y moral políticas, y seguramente le traiga bastante comederos de cabeza.
Hay que reconocer que aunque la jugada egoísta de Diane fue bastante sucia, el trato que está teniendo por parte de sus compañeros es doloroso. Se muestra de manera altiva, queriéndose llevar lo que le corresponde, incluso más, pero en el fondo le duele todo lo que está pasando. Además, que tampoco es una buena estrategia quedar mal con Diane. Al fin y al cabo, el puesto al que aspira es bastante más importante del que tiene ahora en el bufete.
Y así termina el capítulo, con Diane en el punto de mira, y Alicia y compañía saliendo a hurtadillas mientras nadie les ve. La que está por caer va a ser legendaria. Si bien Will ha tenido que lidiar con una traición, no quiero imaginar qué pasará cuando Alicia le cuente su pequeño secreto. La guerra está a punto de comenzar y nosotros no somos más que simples espectadores. ¡Que comience la batalla!
El caso de la semana, una vez más vuelve a brillar por lo original del asunto. Una madre de alquiler se niega a abortar por petición de la pareja que ha solicitado sus servicios y al saber que el bebé tiene un 85% de posibilidades de que sufra una grave enfermedad. Alicia, junto a un interesado David Lee, harán todo lo posible por demostrar los derechos de cada persona sobre su cuerpo, y que la chica no ha incumplido el contrato en ningún momento.
En cuanto a la trama familiar, Grace está creciendo a pasos agigantados. Es más, está acaparando toda la atención que no ha tenido en las cuatro temporadas pasadas y es que ahora, levanta pasiones entre los chicos de su edad (y no tan jóvenes). Esto traerá de cabeza a Alicia, que como madre, no puede hacerse a la idea de que su hija está empezando a ser toda una mujercita. Por otro lado, Peter vuelve a contratar a la gestora de la ética y moral políticas, y seguramente le traiga bastante comederos de cabeza.
Hay que reconocer que aunque la jugada egoísta de Diane fue bastante sucia, el trato que está teniendo por parte de sus compañeros es doloroso. Se muestra de manera altiva, queriéndose llevar lo que le corresponde, incluso más, pero en el fondo le duele todo lo que está pasando. Además, que tampoco es una buena estrategia quedar mal con Diane. Al fin y al cabo, el puesto al que aspira es bastante más importante del que tiene ahora en el bufete.
Y así termina el capítulo, con Diane en el punto de mira, y Alicia y compañía saliendo a hurtadillas mientras nadie les ve. La que está por caer va a ser legendaria. Si bien Will ha tenido que lidiar con una traición, no quiero imaginar qué pasará cuando Alicia le cuente su pequeño secreto. La guerra está a punto de comenzar y nosotros no somos más que simples espectadores. ¡Que comience la batalla!
Genial! Qué tensión, cada capítulo mejor,que el anterior!
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