Hace unas horas conocíamos a través del portal Deadline la noticia de que Disney ha llegado a un acuerdo con Netflix, a través del cual el proveedor de vídeo bajo demanda se compromete a emitir no una sino cuatro series y una miniserie ambientadas o basadas en el universo Marvel, factoria propiedad de la Disney desde 2009. Se empezarían a emitir progresivamente a partir de 2015. A cambio, Netflix gana la exclusiva de la distribución televisiva las películas de la Disney a partir de 2016.
La idea, que curiosamente me parece buena, sería desarrollar a través de Netflix la historia de los héroes y villanos de Hell's Kitchen, el popular barrio de Manhattan y lugar de origen de Daredevil. A partir del 2015, cuatro series con una extensión de trece episodios por temporada, desarrollarán respectivamente las historias de Daredevil —¿se quedaría entonces el personaje fuera de una nueva versión cinematográfica?—, Jessica Jones, Iron Fist y Luke Cage, los cuales han cruzado sus caminos más de una vez en papel y que lo harán, presumiblemente, en una miniserie que los una a todos, basada a su vez en los Defensores.
Es inevitable pensar que esto de desarrollar el universo Marvel se nos está yendo un poco de las manos. Con las innumerables películas, secuelas, crossovers y versiones que ya hemos visto, y las que nos esperan, creía que ya teníamos suficiente, pero parece ser que no. Lógicamente, un medio tan en boga para contar historias como es la televisión se merece y puede perfectamente colaborar en la expansión de este universo, como está haciendo Agents of S.H.I.E.L.D. tan modestamente (y ya veremos cómo les sale lo de Agent Carter), pero creo que este movimiento por parte de la Disney puede resultar terriblemente agotador para el público.
Netflix, a la que hemos alabado sin cesar por su modelo de negocio y por su forma de hacer televisión, estaría cediendo ese mismo modelo (que no es únicamente el "emitir temporadas de golpeacer ") basado en hacer una televisión diferente, a cambio de un suculento pedazo de pastel, difícil de despreciar (lógico). No obstante, lo que más me preocupa es lo que significa este trato para las series de Netflix que nacieron bajo el primer modelo: ¿qué pasará con House of Cards? ¿y con Orange is the New Black? Ante una parrilla de originales tan "heroica" y con tantos intereses de por medio, ¿se planteará la cadena el molestarse acaso con sus otras series (no solo éstas, sino también las que están por venir)?
Y, por último, ¿qué pasa si no funciona? ¿y si Netflix se la pega con este acuerdo que fuerza no a que triunfe una serie... sino cuatro (pues la idea es que colinden en algún momento? ¿y si la moda de Marvel, así como la de las series, pierde fuerza para entonces? No sé vosotros, pero el compromiso que supondría para el espectador seguir estas series sería terrible y, directamente, la insistencia del universo Marvel está tocando ya los límites del hastío.
Porque ya lo decía la copla: "se nos rompió el amor de tanto usarlo".
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