Hay que admitir que la trama de este capítulo es lo que siempre se ha esperado de una serie como Castle, un capítulo con entresijos, misterio, pero también toques de humor, la única parte que ha desencajado completamente ha sido la relación Alexis-Castle que creo que nos tiene un poco desencajados a todos.
Vamos a profundizar un poco más en lo que ha sido el capítulo porque, la verdad sea dicha, ha sido un buen episodio dónde se ha visto que los guionistas cuando quieren, pueden. En primer lugar nos muestran una escena del crimen un tanto extraña con lo que parece ser una gran simbología encerrada en ella. Tal y como se van descubriendo pistas y cada vez el caso crece de envergadura cuando empiezan a aparecer pistas relacionadas con secretos históricos. Finalmente, como no puede ser de otra forma, Castle y Beckett resuelven el caso, pero como ya he dicho con anterioridad, una de las cosas que más parecen verse fuera de lugar es el rumbo que ha tomado la relación Castle-Alexis, la cual se ve deteriorada por la aparición del novio de Alexis, Pi. Lo más inusual de esto es la poca conexión que parece tener Castle con su hija, algo que no se ha visto en toda la serie, incluso en los momentos en los que más en desacuerdo han estado, su conexión era palpable. A pesar de todo, un buen capítulo con buenos momentos, esperemos que en el próximo capítulo el listón siga igual de alto, o más.
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