La temporada de Parenthood sigue su camino de altibajos, mezclando las pequeñas historias que siempre suelen funcionar, con tramas más grandilocuentes, la campaña electoral de Kristina, que no termina de cuajar y ni transmite esa naturalidad tan común en la serie. Sin embargo, ha sido un capítulo interesante y con buenos momentos, a pesar de que no puedo evitar echar de menos a Hank.
Como hemos dicho, la campaña de Kristina a la alcaldía de Berkeley no funciona. Una historia contada de manera muy torpe y acelerada, que al final se está convirtiendo en algo muy inverosímil. Esta semana los guionistas han decidido convertir a Bob Little en el malo de la función, en un tipo desagradable y que haría todo por ganar, rozando todo el tiempo la caricatura. El problema es que ya conocíamos a Bob Little y, a pesar de los errores que pudo cometer, no era la mala persona que ahora insisten en presentarnos. Una trama ridícula que no ayuda cuando nos hacen creer que Kristina es la encarnación del Bien en la tierra. Sí, es cierto que es muy consecuente con su personalidad que decida no airear los trapos sucios de Little pero esa ingenuidad tan cándida y blanca es un poco molesta. Al menos, los guionistas están teniendo la decencia de ponerle las cosas un poco difíciles a Kristina, de vez en cuando, aunque eso no arregle ese aura de artificialidad que se respira en esta trama.
Mientras Crosby tiene un gran problema del primer mundo cuando Jabbar decide elegir el ballet por encima del baloncesto como deporte, el retrato de Sarah alejada de los dramas, gritos y lloros con Hank o con Amber ha sido bastante interesante. Está bien verla actuando simplemente como una mujer de mediana edad que, en el fondo, no tiene muchos amigos. Además, sus escenas con Zeek (redescubriendo la vida de soltero mientras Camille está en Italia) han estado igualmente bien.
Amber, por su parte, sigue sin estar convencida del enorme anillo que Ryan le ha regalado por su futuro matrimonio. En mi opinión, estas inseguiridades de Amber han aparecido de forma bastante repentina y su actitud con Ryan siempre me parece un poco condescendiente, pero aún queda temporada y tengo ganas de ver cómo termina esta historia, que no parece que tenga muchas posibilidades de terminar con éxito.
Julia ha sido siempre el personaje que más se me ha atragantado en la serie, su perfeccionismo termina agobiando mucho y sus inseguridades constantes hacen de ella un personaje que, la mayor parte del tiempo, me resulta insoportable. Esta semana no ha sido menos pero no he podido sorprenderme
con la brutalidad del sistema educativo que se refleja en la serie, bajando de curso a Victor en mitad del año escolar. Es difícil no soltar una lagrimita cuando Joe y Julia le dan a su hijo las noticias y sorprende lo solvente que es Xolo Maridueña a pesar de su corta edad.
con la brutalidad del sistema educativo que se refleja en la serie, bajando de curso a Victor en mitad del año escolar. Es difícil no soltar una lagrimita cuando Joe y Julia le dan a su hijo las noticias y sorprende lo solvente que es Xolo Maridueña a pesar de su corta edad.
Como casi todas las semanas, cosas buenas y malas en el capítulo de Parenthood, sin embargo, la temporada ya va mucho mejor encaminada que en los primeros episodios.
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