El lado procedimental de Supernatural ha vuelto una vez más, y lo ha hecho de forma que funciona. Llevo tiempo pensando que lo interesante de Supernatural es eso, su lado procedimental que consigue dejar de lado la aburrida trama central de la temporada. En este caso, Supernatural nos ha devuelto a sus inicios cuando mezclaban un caso con su pasado. No me digáis que no echabais de menos ver al Dean adolescente o al niño Sam. El episodio ha estado bastante bien y esperemos que la temporada nos traiga más episodios así.
Reformatorio
El Fantasma Guardián
Este caso sucede en dicho reformatorio, y es que uno de los trabajadores acaba muerto cuando una especie de tractor –que no funcionaba– volvió a la vida para atravesarle. Sonny –el dueño– se acordará que Dean trabajaba luchando contra cosas sobrenaturales y decidirá pedir su ayuda. Además el sufrir constantes ataques fantasmales hará que se decida a llamarle. Pronto morirá otro de los trabajadores: una mujer que morirá asfixiada por la cortina de la ducha. Dean y Sam se pondrán manos a la obra para investigar el caso y descubrirán que el fantasma es el de una mujer que está ligado a uno de los chicos. El niño es alguien totalmente indefenso y diana de todas las burlas de la gente, y el espíritu de su madre –que murió salvándole– le protegerá matando a todo el que no se porte bien con él. Lo malo de eso es que el chico no logrará controlar a su madre, la cual ya ataca a cualquier persona incluso a Dean y a Sam. Sólo será él el que logre acabar con todo, tendrá que enfrentarse a su madre y dejar que se marche.
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