La pobre Parks and Recreation

Como para todo fan de Parks and Recreation, la sexta temporada de la serie se está convirtiendo, literally, en el camino de la amargura. A la noticia del abandono de Rob Lowe y Rashida Jones en mitad de la presente temporada y la ausencia de Chris Pratt (quien regresará definitivamente en enero, con el episodio número 100) se le sumó hace unas semanas la terrible decisión de la NBC de emitir los cuatro episodios que le quedaban a la serie para llegar a la midseason de dos en dos, y en dos semanas seguidas, debido al caos del calendario de la cadena del pavo.

Y, por qué no, también nos podemos lamentar de algunas tramas que no han convencido tanto como deberían. Adoramos a Leslie Knope y, sin duda, ha sido genial ver lo poco que ha durado en su cargo político y todos sus sufrimientos (sinceramente, la prefiero en el departamento de parques, donde da mucho más juego), pero no echaré de menos la tónica que ha tomado la serie de ser, episodio sí, episodio también, un enfrentamiento entre Knope y el ya insoportable concejal Jamm (Jon Glaser). 

Es una pena, todo sea dicho, lo poco que se han aprovechado otras historias: ¿no habría sido mejor pelear un poco más por Tatiana Maslany, cuya enfermera tan bien le ha hecho al en ocasiones cargante Tom? ¿y por qué no se ha explotado más a Eagleton y a los dopplegängers? ¿y no hubiera sido genial que Ben hubiera sido el rey de la firma contable unos episodios más? Mientras tanto, el tema de Knope ha copado (lógicamente) las tramas principales, y otras historias secundarias se han explotado todo lo posible cuando en realidad no había mucho que hacer con ellas. Consecuencia: secundarios que no saben ni dónde pisan.

Espero que el episodio 100 de Parks and Recreation, que se emitirá el 9 de enero en la NBC, sea capaz de devolver mi confianza ciega en esta serie porque sería una pena que Leslie Knope nos dijera probablemente adiós esta temporada con un nivel tan bajo.

Y pensar que a mi crítica de la quinta temporada la titulé La muy feliz Pawnee...