Si soy sincero, no recuerdo demasiado de About a Boy, película de 2002 de los hermanos Weitz protagonizada por Hugh Grant, Toni Collette y Nicholas Hoult (ambientada, a su vez, en la novela de Nick Hornby), pero sí puedo decir una cosa: hayan pasado los años que hayan pasado, no hacía falta que la NBC se esforzara en traernos una serie basada en ella.
Ahora que Collette no da pie con bola (la vimos recientemente en Hostages), que Hoult (tras pasar por Skins) es una megaestrella de Hollywood y que Grant vive de las rentas, algún listillo pudo pensar que sería la oportunidad perfecta para aprovechar una "magnífica" historia y convertirla en serie. Jason Katims, uno de los grandes productores televisivos (Parenthood, FNL) es precisamente el genio detrás de esta idea que se estrenó el pasado fin de semana tras los JJ.OO. de invierno pero que formará parte, a partir de ahora, de la parrilla de la NBC para la noche de los martes.
Entiendo, por un lado, que Katims se haya lanzado con este proyecto por motivos personales pues, de igual forma que decidió retratar el síndrome de Asperger a través del personaje de Max en Parenthood, ese desafío se mantiene a través del retrato del personaje del niño protagonista de About a Boy, Marcus. No recuerdo si este tema quedaba claro en la película y, definitivamente, no se asegura en el piloto de la nueva serie de la NBC, pero podemos suponer que será una de las claves de la serie si es que no es cancelada las próximas semanas.
Por lo demás, la serie parece centrarse únicamente en el personaje del donjuán Will Freeman, interpretado por el no tan afortunado David Walton; un personaje que si no me equivoco fue introducido en el decimotercer episodio de la quinta temporada de Parenthood. Su vida cambiará cuando Fiona Bowa (Minnie Driver) y su hijo Marcus se mudan a la casa de al lado, surgiendo entre ellos una relación inevitable gracias a la cual Marcus ganará un amigo y Will se dará cuenta de que hay algo en la vida además de sí mismo. Precioso.
El piloto, todo sea dicho, es bastante agradable y se ha lanzado para tocar la fibra sensible. De comedia no hay ni rastro, pero podemos asegurar que los conflictos familiares así como otros derivados de la forma de ver la vida de estos personajes, serán el pan de cada semana de esta serie. Como digo siempre, si algún día se convierte en obra maestra (lo dudo) me avisáis. De momento, no se gana ni el puesto de alivio cómico semanal.
Por cierto, Leslie Bibb, quién te ha visto...
Por cierto, Leslie Bibb, quién te ha visto...
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