“Yo me considero más bien un
realista, pero en términos filosóficos soy lo que se podría llamar un pesimista”.
Así es como se define a sí mismo al principio de True Detective Rusty Cohle, la mitad del
tándem de investigadores que ha revolucionado HBO. Interpretado magistralmente por Matthew McConaughey, este
personaje de ficción, creado por el guionista Nic Pizzolatto, es una de las
joyas más sublimes que nos ha dado últimamente la pequeña pantalla. Pese a que
se trata de un personaje profundo y con multitud de aristas, en el fondo de
Cohle subyace el arquetipo del Nihilista, muy bien descrito en la web
tvtropes.org, que analiza los distintos tipos que pueden hallarse en toda ficción.
Como una versión exagerada del pesimista
clásico, el nihilista no encuentra sentido a nuestra vida ni a nuestra
existencia en este mundo. Es más, a menudo comparten ideas del materialismo,
que considera verdad sólo aquello que pueda comprobarse empíricamente. Así, los
seres humanos sólo somos materia y energía, y cuestiones como la moral, el bien
o el mal, son únicamente ilusiones. Precisamente
a esa ilusión hace referencia varias veces el detective Cohle. "Trabajamos bajo la ilusión de tener un yo; una acumulación de sentidos, experiencias y sentimientos, programados con total garantía de que somos alguien, cuando en realidad no somos nadie". Así, según el nihilismo, el cerebro es
el que crea esa ilusión que da sentido a nuestra realidad. ¿Para qué
preocuparse entonces por las cuestiones mundanas de la vida diaria si, al fin y
al cabo, nuestra estancia aquí es pasajera? Quizás por eso Rusty vive en
ese desapacible apartamento, sin apenas muebles y lleno de libros sobre asesinatos. Aunque él por lo menos se ha resignado ya a su
propia naturaleza, lo cual es encomiable, pero cuánta gente se pone en manos de la religión incapaz de
hacer frente a lo que él ya ha aceptado hace mucho tiempo… Eso es lo que este ‘verdadero
detective’ piensa y se mofa de los tantos predicadores que hacen su agosto manipulando
a la población más analfabeta de Lousiana. Incluso se jacta del autoengaño de su compañero
Martin Hart (encarnado por Woody Harrelson). "La diferencia entre tú y yo,
Martin, es la negación", le espeta mientras dan cuenta de su almuerzo. Eso sí, puede que Rust sea el personaje más íntegro de la serie…
Casi siempre es en el coche donde
tienen lugar la mayor parte de las disertaciones filosóficas de Cohle, que no
para de hablar del universo, la religión y otras cuestiones a priori
trascendentes. Su compañero, sin embargo, asiste con cara de póker a sus
discursos, confuso, y preguntándose ¿cómo es que este tío no se ha suicidado ya? Y es que es precisamente esa cuestión la que nos solemos hacer los
espectadores cuando nos encontramos ante personajes tan torturados, oscuros,
cínicos y pesimistas como el de Rusty. Él confiesa, también en el coche, que no
es lo suficientemente valiente para hacerlo…
Pese a que el del prota de True Detective es el que mejor representa este arquetipo, hay otros personajes de series bien conocidos que podríamos clasificar como pesimistas. Ahí tenemos a la cara visible de Mad Men, Don Draper, quien nos descoloca cada temporada con frases como "El amor lo inventaron personas como yo para poder vender medias", "No hay ninguna mentira, no hay ningún sistema, el universo es indiferente" o "El luto sólo es una extensión de la autocompasión". Resulta fácil comprobar cómo el enigmático publicista busca cierta redención en el amor o en la familia, para luego darnos cuenta de que ni sus propios hijos, que podrían considerarse lo menos corrupto de su vida, logran acabar con esa desafección que él parece sentir hacia todo. En medio de tanto glamur, dinero y poder, Don Draper se arrastra por las calles de Nueva York con un vacío y una inquietud que nada puede calmar, ni siquiera el alcohol ni sus bellísimas mujeres. Ellas, atraídas como un imán por su carisma y su misterio, no suelen llegar a ver el monstruo que ahí debajo, el hombre que sufre. Sólo algunas como su amante en la última temporada, Sylvia Rosen, llegaron a ver más allá y nos dejaron diálogos impactantes.
Como consecuencia de su ideario
o filosofía, muchas veces estos personajes llevan una vida descuidada y caótica,
y buscan refugio en el trabajo. Esta es una constante en todos los casos. Suelen tener un don para su oficio y, o bien es lo que les redime, o
es lo único que les une al mundo de los vivos. Consideremos a Luther o a House,
quienes no dudan en trascender las normas establecidas para llevar a buen término cada uno
de sus casos. Su empleo les mantiene en el lado de la estabilidad mental, aunque a veces toquen fondo. Para el personaje interpretado por Idris Elba, resolver crímenes es lo más importante y, en caso del segundo, salvar vidas
gracias a sus diagnósticos es su meta, caiga quien caiga.
¿Y qué hay del mítico detective Jimmy McNulty de The Wire?, quien —SPOILER— no duda en inventarse a un asesino en serie para conseguir lo que desea al final de esta ficción de culto —FIN DEL SPOILER—. La ortodoxia no cabe en la vida de estos personajes difíciles y atormentados, aunque siempre hay cierta integridad y bondad hasta en sus más cuestionables comportamientos. También a Rust Cohle encontrar a los asesinos y pedófilos que asolan el estado de Lousiana es lo que le mueve a hacer frente al día a día. Es más, podemos atisbar cierto optimismo en él al final de la serie, cuando el Rey Amarillo ha caído y le comenta a su compañero: "Creo que la luz va ganando a la oscuridad", mientras mira a las estrellas del cielo nocturno.
¿Y qué hay del mítico detective Jimmy McNulty de The Wire?, quien —SPOILER— no duda en inventarse a un asesino en serie para conseguir lo que desea al final de esta ficción de culto —FIN DEL SPOILER—. La ortodoxia no cabe en la vida de estos personajes difíciles y atormentados, aunque siempre hay cierta integridad y bondad hasta en sus más cuestionables comportamientos. También a Rust Cohle encontrar a los asesinos y pedófilos que asolan el estado de Lousiana es lo que le mueve a hacer frente al día a día. Es más, podemos atisbar cierto optimismo en él al final de la serie, cuando el Rey Amarillo ha caído y le comenta a su compañero: "Creo que la luz va ganando a la oscuridad", mientras mira a las estrellas del cielo nocturno.
Pero, ¿qué lleva a una persona a
pensar así? ¿a tener esa actitud ante la vida? Pese a la complejidad de la
cuestión, podemos ver a través de estos ejemplos que una combinación de
inteligencia, brillantez, tragedia y dolor pueden ser las causantes. El pasado
tiende a ser una losa para ellos. En Rust Cohle la pérdida de su hija, en Don
Draper su malograda infancia, en House el dolor de su pierna… En fin, nadie
duda del poder hipnótico y turbador de estos personajes que, cuando están bien
esbozados, resultan una delicia de ver en pantalla y sobre todo de diseccionar,
como si fuéramos escrupulosos cirujanos.
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