The Good Wife nos presenta un capítulo de transición, una especie de calma previa a la tormenta que está por llegar. Y es que las expectativas sobre lo que pueda, o no pueda, pasar en el capítulo de la semana que viene son demasiado altas. O no, teniendo en cuenta la serie sobre la que estamos hablando. Después del maravilloso Hitting The Fan unos meses atrás, muchos nos preguntamos qué es esa bomba que tienen entre manos y que tienen tantas ganas de explotar frente a nuestros dichosos y seriéfilos ojos. Por ahora, todavía nos queda esperar.
En cuanto al capítulo de esta semana, una convención de abogados en Nueva York y el inminente discurso que Alicia está convocada a dar, nos transportan a esos primeros y torpes pasos de la abogada tras el fatídico descubrimiento de la verdadera cara de Peter Florrick cinco años atrás. Cinco. Que se dice pronto. Pero muchas cosas han pasado en cinco años, demasiadas. Y la que entonces era una mujer de aspecto inocente y de cándido y suave trato, resulta ser una ambiciosa mujer de negocios actualmente. Un cambio radical, más que comprensible teniendo en cuenta en el mundo al que decidió volver cinco años atrás. Una realidad de tiburones disfrazados de abogados donde cazas o eres cazado.
Así que entre flashbacks a un pasado donde Alicia luchaba con uñas y dientes por conseguir un trabajo, y su actual situación discurre gran parte del capítulo. Todo ello acompañado por una exquisita música clásica, que está resultando ser la mejor banda sonora para una serie como esta, en una de sus mejores temporadas. Los nervios de Alicia por alcanzar el discurso perfecto se verán afectados cuando Mr. Hayden le comunique que de él depende el conseguir una nueva socia que atraería a un puñado de buenísimos clientes al bufete.
Y entonces, entre varias copas de vino, podemos ver cómo Alicia, cinco años atrás, llegó a utilizar su mejor traje y su mejor sonrisa para convencer a un embobado Will Gardner de su valía. A pesar de sentirse entonces incómoda con ese rol, ese sería uno de sus primeros pasos para dejar atrás la actitud de "buena esposa" que había adoptado trece años atrás, para dar rienda suelta a su versión más insaciable y carismática, la que le ha llevado a convertirse en socia y fundadora de Florrick & Agos.
Mientras tanto, Will sigue siendo acosado por el agente de la PIO, y decide apoyarse en la gran Elsbeth Tascioni para librarse de él. La abogada, que mantendrá una acalorada discusión con un hombre disfrazado de oso y comportamiento un tanto peculiar, no dudará en usar sus mejores técnicas, y las más divertidas, para conseguir pararle los pies a Mr. Dubeck. Al menos, durante un rato. Desgraciadamente, no será suficiente, y a Will le tenderán una trampa, de la cual salir le costará bastante caro. Su libertad dependerá si decide violar la confidencialidad de abogado-cliente.
Asimismo, la rivalidad entre Will y Alicia está dejándonos grandes momentos esta temporada. La conversación entre ambos en el restaurante está entre ellas, y es que Will no está preparado para perdonar la traición que le supuso la salida de Alicia del bufete. A pesar de todo, todavía puedo notar cierta tensión sexual entre ambos personajes, más que nunca. Y no me extrañaría nada que la rivalidad de ambos los llevara a terminar en la cama.
Un capítulo interesante, que nos distrae un poco de la gravedad de la trama que está por llegar en forma de ataque cardíaco la semana que viene. Aún así, espero que en los próximos capítulos podamos recuperar un poco más a Diane, que ha estado un poco ausente en los últimos capítulos, y que desde su maravillosa actuación a comienzos de temporada, se ha convertido en uno de los pilares de The Good Wife. Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el episodio?
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