Teen Wolf pone término a su irregular tercera temporada

Ya ha concluido la tercera temporada de la serie juvenil de MTV, Teen Wolf y podemos hacer un balance final positivo. Pese a que la serie tuvo algunos capítulos bastante flojos, en general ha sido una temporada entretenida, teniendo varios capítulos muy emocionantes y bien construidos.

Su segunda mitad de temporada dio oportunidad a su elenco de sobresalir y contar nuevas historias, disminuyendo así el protagonismo de Scott McCall en beneficio de Stiles y Lidia. Acertada decisión, pues Teen Wolf tiene buenos personajes a los cuales no les había dado la importancia que se merecían en los años anteriores. 

Aun así, Teen Wolf arrastra un problema desde que comenzó: quiere contar muchas historias anexas a su trama central, no logrando relatar ninguna bien en su afán por abarcar mucho. Pareciera que 24 capítulos son pocos para sus pretensiones, cuando en realidad con 12 sería suficientes para contar su historia. 

Este año la serie perdía a uno de sus actores importantes y debía lograr ajustar su trama fundacional a la nueva realidad. Personalmente, creo que lo logró con éxito. Aunque no soy fanática del casting que hicieron para llenar el vacío del elenco, creo que la presentación de la nueva protagonista fue paulatina y respetuosa para con los fans. 

Ya que varios actores más dejan la serie, este podría ser el nuevo comienzo que Teen Wolf necesita para dejar tramas que no le importan a nadie y comenzar a tejer una historia nueva que asegure una entretención constante o por lo menos, un poco más regular. Personalmente, es lo único que le pido a esta serie para su cuarta temporada. Eso, y que deje de pagarle actores para que estén de adorno en pantalla, como a Derek que pasó desapercibido durante gran parte de la temporada

 Yo tengo toda la culpa

Pero en fin, creo que el problema lo tiene su creador Jeff Davis, quien parece hacer oídos sordos ante la reiterada crítica que se le ha hecho a su serie. Es cierto que debe haber un equilibrio entre lo que el escritor quiere contar y lo que el telespectador quiere ver, pero Davis se empecina en lo primero y eso, personalmente, a ratos me defrauda. Principalmente, porque consigue un producto bipolar: o muy bueno o muy malo. 

¿Ver o no ver la cuarta temporada? Sí. Yo no pierdo las esperanzas de que los errores se corrijan, pero bajaré mi nivel de expectativas para la nueva entrega y os recomiendo que hagáis lo mismo. Adoremos a nuestros personajes favoritos, disfrutemos de cada momento televisivo y no hagamos proyecciones a futuro con la trama, porque Jeff Davis lleva una agenda propia.